El amor a la camiseta. Una frase del pasado que le quedaba muy bien a muchos jugadores. Los tiempos cambiaron y las actitudes también. Así nos lo decía ayer un seguidor del Santos Laguna, molesto por la actitud de algunos jugadores albiverdes.
Perdieron una semifinal, que no es cualquier cosa, nos decía, y mírelos cómo aparecen en la prensa y en la televisión, contentos, felices, como si hubieran logrado la hazaña de vencer a un equipo que empezó mal el torneo y se fue componiendo poco a poco.
Hablaba de la vez que se perdió la primera final ante Tecos y cuando todos los jugadores mostraron su pena y su malestar, especialmente Guillermo “Curita” Gómez, que no quería dar la cara por la vergüenza que sentía.
Y es que hoy día muchos jugadores con calidad están más pendientes de que su quincena llegue puntual y eso de los resultados lo toman sin preocupación, empezando con su entrenador, que siente que todavía le debemos.
Son otros tiempos, otras circunstancias. Ahora al cuerpo técnico y jugadores los tienen bien “chípiles” y ya lo que salga es bueno, que al fin y al cabo a nadie tienen que darle satisfacciones, menos a su afición.
Con seriedad, con puntos concretos, los comunicadores debemos hacer que en el medio deportivo haya más profesionalismo y más respeto para la afición. Que el jugador no se sienta la gran estrella a la que todos le estamos debiendo. No por sistema hay que atacar, sino con bases.
