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La ‘magia del Adviento’ se vive en Europa

Sabrás que estás en Alemania cuando escuches el repiqueteo de las campanas. Y es que de Norte a Sur del país, la celebración de la Navidad se hace con bombo y platillo. (Fotografías de El Universal)

Sabrás que estás en Alemania cuando escuches el repiqueteo de las campanas. Y es que de Norte a Sur del país, la celebración de la Navidad se hace con bombo y platillo. (Fotografías de El Universal)

EL UNIVERSAL

Esta época no sería la misma sin los tradicionales mercados de Navidad, el lugar ideal para encontrar obsequios y un sinfín de manualidades, artesanías y dulces.

Pese al frío invernal es irresistible no salir a las calles de Viena, y es que una de las mejores temporadas para visitar este destino austriaco es El Adviento. O sea las cuatro últimas semanas antes de la Navidad.

Los vieneses le llaman “la Magia de Adviento”, donde los conciertos y villancicos, hacen gala por los recintos culturales de toda la ciudad.

Pero esta época no sería la misma sin los tradicionales mercados de Navidad, el lugar ideal para encontrar obsequios y un sinfín de manualidades, artesanías y dulces. Consulta los horarios que este año tendrán en www.christkindlmarkt.at.

Otros sitios que se llenan de magia son el patio principal de la antigua residencia de los Habsburgo, el Palacio de Schönbrunn, que desde finales de noviembre es iluminado.

En su interior se ofrecen objetos tradicionales como la bisutería o decoración típica hecha a mano por los artesanos vieneses. Uno de los monumentos más famoso de la ciudad es el Palacio de Belvedere, éste se transforma en todo un pueblecito navideño con docenas de puestos donde encontrarás salchichas, manzanas horneadas, vino caliente, galletas de Navidad y los famoso pasteles de almendras y chocolate, como la tarta Demel, famosa por su combinación de distintos tipos de chocolate y por llevar el nombre de la pastelería de los Habsburgo.

Y ya que estás dentro del marco de estas celebraciones, adquiere un boleto para el concierto de Fin de Año de la Orquesta Filarmónica de Viena, en la sala dorada del Musikverein y que inician con el famoso Vals del Danubio.

Otros alicientes para quedarte en la ciudad hasta el 31 de diciembre, son los recitales al aire libre que se llevan a cabo en el casco histórico de Viena, una sala de fiesta a la intemperie. Allí, podrás circular por el “Sendero de San Silvestre”, un recorrido que comienza en la Plaza del Ayuntamiento y transcurre por las estrechas callejuelas del centro. O bien, tomar un típico café vienés, visitar una aldea de astrología con adivinos y dejar que la suerte te siga todo 2009.

Los mercados de Navidad en Viena son un buen pretexto para vacacionar este fin de año, y un regalo insuperable para la Nochebuena.

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FANTASÍA A LA ALEMANA

Sabrás que estás en Alemania cuando escuches el repiqueteo de las campanas. Y es que de Norte a Sur del país, la celebración de la Navidad se hace con bombo y platillo.

Los mercados navideños son ambientados con conciertos de música clásica y el famoso gospel, ¿recuerdas a la actriz Whoopi Goldberg cantar?, bueno, pues es eso lo que escucharás.

Berlín, la capital alemana celebra con su mercado en el Palacio de Charlottenburg. Ahí, las noches inician con el encendido de 50 arbolitos de Navidad. Este mercado es conocido por su romanticismo gracias a que cientos de parejas lo frecuentan para adquirir artesanía “con onda”, sí la extravagancia también llegó a la Navidad.

Pero si esto no te ha impresionado, entonces corre a Colonia e intérnate en el extraordinario crucero de Adviento por el Rin. Visita el mercado navideño flotante en el MS Wappen von Köln, y mientras buscas tu regalo, tómate varias fotografías con el fondo del centro histórico de la ciudad. Subir al barco no tiene ningún costo, pero te recomendamos llegar temprano.

Francfort tiene el mercado navideño más importante de Alemania. Se distingue no sólo por su tamaño sino porque cada año la temática es distinta y se guarda como sorpresa de sus visitantes. El año pasado el tema orgánico fue el rey.

Pero una de las cosas que si podemos revelar es que se colacará un árbol en medio del mercado que será iluminado con foquitos fosforescentes. ¡Ah! si tienes hambre busca su plato de queso cebolla y salsa verde, el Handkäs’ mit Musik und Grüne Soße.

ALSACIA, LA CAPITAL DE LAS ESTRELLAS

Se va para embriagarse de música, luz y del olor a pain d’épices (pastel de centeno), es la Navidad de Alsacia, en Francia, que desde hace más de 500 años presume de tener el mejor mercado navideño. Para llegar a esta localidad francesa ubicada al Este del país, sólo debes seguir el olor a pino. Su mercado, además de ser el objeto de deseo de quienes buscan hacer una compra minutos antes de las fiestas, es un espectáculo de alegría con miel, pirulís, manzanas confitadas y toda clase de delicias como su vino caliente con canela, naranja y especias. Todos, absolutamente todos, están en los mercados que llenan las plazas principales de Alsacia (www.tourisme-alsace.com), al igual que en las casas que rodean estos inolvidables puestecitos franceses.

Otras de las zonas que viven la temporada navideña como se debe es Estrasburgo, Patrimonio de la Humanidad y cuyo Christkindelsmärik (El mercado del Niño Jesús), es uno de los más antiguo y se instala cada año en pleno corazón de la ciudad, justo al pie de la Catedral. Al recorrer su mercadito podrás degustar vino caliente a base de dulces. Pero lo que seguramente sí te quitará el frío, será sus pasteles de arándano.

Alsacia es la tierra de las estrellas y de las melodías navideñas. Por los valles de los Vosgos y sus viñedos, se albergan algunos de los más bellos pueblos vinícolas fortificados y que durante esta época se viste con sus mejores galas. Además, para los aficionados a los paseos con esquíes o raquetas, la montaña de los Vosgos brinda espacios perfectos para recargarse de energía y ¡sin baterías!, lo único que tienes que hacer es bajar sus empinadas veredas y hacer tuya la montaña. Y ya que tocamos el punto de la aventura, te recomendamos que después de hacer tus compras en los cientos de puestos que adornan estas ciudades, no olvides adquirir cerezas, visites el Grand Ried, que brinda varias actividades exclusivas para aficionados a la naturaleza como recorridos por el Monte de Santa Odilia (patrona de Alsacia) durante su tradicional peregrinación anual.

Otro de los objetos que debes adquirir son los tejidos, Alsacia también es reconocida por su antigua industria textil. Éstos se presentan en todas sus variedades y en los diferentes mercados de Navidad y en el Parque de Wesserling. Finalmente se ya te volviste un fanático de la Navidad alsaciana, entonces tienes que ir a Lorena, donde la tradición gastronómica es la mejor. Algunos ejemplos de lo que deberás degustar es: la “Choucroute” (col, patatas, tocino) y la “Quiche Lorraine” (tarta de queso, tocino y jamón).

Fiesta de Año Nuevo por todo el mundo

Existen desfiles, carreras y fuegos artificiales en distintas urbes. Alrededor del mundo hay maneras muy singulares de festejar el Año Nuevo.

En Nueva York (EU, en la zona de Manhattan comprendida entre la calle 42, la séptima avenida y la Broadway -conocida como Times Square- recibe cada año en medio de una fría noche a medio millón de personas que reciben al año nuevo viendo cómo una vistosa bola de colores, baja 27 metros por una antena durante el último minuto del año. Al llegar al final es el primer segundo del 1 de enero y los participantes rompen en gritos de alegría y abrazos.

La bola originalmente estaba en el edificio del New York Times, que le daba nombre a la plaza, y aunque el famoso periódico mudó sus oficinas, la tradición congrega ahí cada año a marejadas de locales y visitantes.

Para disfrutar el festejo, es mejor hospedarse en algún hotel cercano, como el Lexington o el Park Central, aunque hallarás la desventaja de que aumentan de manera muy significativa sus precios esos días. Desafortunadamente, los bares y restaurantes de la parte central de Manhattan ofrecen cenas, también a precios caros.

En Londres, Inglaterra, en la plaza de Trafalgar, una gran multitud se congrega para recibir al Año Nuevo con las campanadas del Big Ben.

Esa noche, el Metro londinense es gratuito hasta las 4:30 de la mañana, los restaurantes se abarrotan. No es una celebración familiar, sino más bien para solteros y grupos de amigos.

Al día siguiente, se realiza un desfile, éste sí, de carácter familiar, donde otra multitud más tranquila –y sin resaca- festeja el año nuevo.

Unos 400 mil espectadores ven desfilar a 10 mil participantes. Londres es una ciudad multicultural, así es posible ver expresiones africanas, antillanas, musulmanas y asiáticas desde el Parlamento a Trafalgar y de ahí a Picadilly circus. Para checar los pubs que ofrecen fiesta para esa noche consulta: www.pubclub.com/london/index.htm

Mientras que en Sao Paulo, Brasil, en 1924, instituyeron la carrera de San Silvestre. Una prueba atlética que comenzaba un año y terminaba el año siguiente. Bueno, en realidad el arranque era en los últimos minutos del 31 de diciembre y la llegada se daba en los primeros del 1 de enero.

En 1945 llegaron los primeros competidores internacionales –sudamericanos- y con el paso del tiempo adquirió resonancia mundial. En 1990, para darle más cobertura en los medios, se cambió el horario a la tarde.

Para este año se espera un número cercano a los catorce mil corredores en distintas categorías de edad y condición física. Las inscripciones están abiertas en la página Web: www.saosilvestre.com.br

Pese al frío invernal es irresistible no salir a las calles de Viena, Austria, y es que una de las mejores temporadas para visitar este destino es El Adviento, es decir las cuatro últimas semanas antes de la Navidad.
Pese al frío invernal es irresistible no salir a las calles de Viena, Austria, y es que una de las mejores temporadas para visitar este destino es El Adviento, es decir las cuatro últimas semanas antes de la Navidad.
Se va para embriagarse de música, luz y del olor a pain d'épices (pastel de centeno), es la Navidad de Alsacia, en Francia, que desde hace más de 500
años presume de tener el mejor mercado navideño.
Se va para embriagarse de música, luz y del olor a pain d'épices (pastel de centeno), es la Navidad de Alsacia, en Francia, que desde hace más de 500 años presume de tener el mejor mercado navideño.

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