El Santos ya es un ritual
TORREÓN, COAH.- Las calles de la Comarca Lagunera se quedaron vacías, los vendedores de banderitas y camisetas hicieron su agosto, cientos de negocios se prepararon con un día de anticipación, llenaron sus refrigeradores, ubicaron en el mejor lugar los televisores, prepararon las botanas y todo para recibir a miles de aficionados, que llegadas las siete de la noche acudieron a la cita con el fin de ver a los Guerreros cazar mariposas en Morelia.
Porque para los laguneros la liguilla empezó hoy, el ambiente de festejo se sintió cerca de las siete de la noche; el momento en que el árbitro dio el primer silbatazo, miles de corazones en La Laguna empezaron a girar como una esfera pecosa al ritmo del juego de los albiverdes, por todos lados se sentía un ambiente futbolístico, hasta el Cristo de las Noas parecía tener puesta una camiseta para aplaudir a sus Santos desde el cerro.
Los aficionados aplaudieron la entrada a la cancha de Benítez, el ecuatoriano, como los grandes después de haber jugado ayer en su país, no dijo estar cansado o golpeado, al contrario, dijo de acá soy, y acá me quedo, de titular. Todos en familia vieron a un Santos que ya había ganado el partido antes de empezar. A diferencia de Monarcas, la efectividad del Santos en el torneo fue del 75 por ciento, mientras que la del conjunto de las mariposas fue de un 47 por ciento, el mismo que se vio en la cancha.
La fiebre de la afición lagunera está más viva que nunca, porque este partido contra Morelia lo ganaron los miles de hinchas que con veladoras en la mano aclamaron este triunfo, que pone con un pie más allá de la línea de las ilusiones al equipo lagunero, en la semifinal. En este centenario la afición pide un campeonato, y hoy más que nunca el nombre de esta tierra desértica es envidiado en todos los rincones de la nación, donde la pasión del futbol hace eco en los corazones de los mexicanos.
En las casas, los bares, las esquinas, los radios de los coches y todo aquel lugar donde se escuchaba la señal que transmitía con alegría la victoria santista, los laguneros cantaban el himno de la victoria, y al ritmo de los dos goles que le cayeron del cielo de Morelia, acompañados del coro, “ya estamos en semifinal”, fue la porra La Komún, porque todos saben que al Santos nadie le gana en su casa; en Torreón hasta el astro rey es cómplice para los triunfos del mejor equipo del Torneo Apertura 2007.
Después de la victoria, las bocinas de los conductores irrumpieron el silencio habitual de la ciudad para decir que es hora de preparar el próximo ritual, ya sea en el estadio o en la comodidad del hogar.
El próximo domingo venceremos en el más común de los rituales, para los seguidores del mito del imparable Santos Laguna.
