Son ‘crema y nata’ del cine
Cine de autor es una categoría reservada a un selecto grupo de directores
MÉXICO, DF.- Así como una obra de Picasso se distingue perfectamente entre las de Monet, Rembrandt o van Gogh, una película de Hitchcock guarda características particulares que la separan de las de Wajda, Dreyer, Polanski, Cronenberg, Fellini o Ripstein. A lo largo de la historia del cine varios realizadores han desarrollado un sello personal, una especie de firma indeleble que permite reconocer la identidad del autor de las escenas desarrolladas en pantalla y que por ello se inscriben en el concepto de “cine de autor”.
La denominación fue acuñada en a finales de los años cincuenta del Siglo XX por el grupo de críticos de cine de la publicación francesa Cahiers du Cinema entre los que figuraban: Jean-Luc Godard, François Truffaut, Alain Resnais y Claude Chabrol. Ellos se cuestionaron sobre el rol del realizador en la producción y consideraban al filme resultado de una personalidad particular: la del director.
El principal autor intelectual fue François Truffaut a través del artículo “Una cierta tendencia del cine francés” y sería André Bazin quien advertiría los excesos y riesgos de un “culto a la personalidad” si no existía moderación. La política de cine de autor no distinguió entre artistas y directores de oficio ni entre géneros cinematográficos mayores o menores.
En el cine de autor, el director quedaba al margen de intereses comerciales o presiones de terceros para plasmar con libertad sentimientos, opiniones, ideas, inquietudes u obsesiones en un ejercicio de expresión individual similar al que ocurría en cualquier otro arte: pintura, música o escultura. El termino creó confusiones, algunos agrupaban en la corriente a todos los realizadores que trabajaban de manera independiente de los grandes estudios. Pero en general, el concepto giraba sobre rasgos peculiares y representativos que hacían reconocible al autor de la cinta como la insistencia o repetición de temáticas, historias, situaciones, atmósferas, encuadres o personajes.
Por ejemplo, en las obras de Michelangelo Antonioni es marcado el interés en que los personajes se conozcan en lugares de tránsito como pasillos y escaleras. A Martin Scorsese le resultan irresistibles los personajes arrostrados por sus pasiones y escenarios neoyorkinos. Así, realizadores pasados y contemporáneos se incorporaron a la categoría de cine de autor.
David Lynch
El cineasta francés Jean-Luc Godard dijo alguna vez. “Me gusta que las películas tengan un principio, un medio y un final. Pero no necesariamente en ese orden”. David Lynch comparte esa idea y es una de las particularidades de su obra que puede catalogarse como surrealista y extraña.
Mundos alucinantes, atmósferas enrarecidas, personajes que intercambian rostros a mitad de la película son sólo algunos de los elementos que distinguen su obra.
El realizador estadounidense se abrió paso en el paisaje cinematográfico mundial con el largometraje Eraserhead (1977), que dejó en claro que su cine era distinto y difícil de digerir.
Le siguieron El Hombre Elefante (1980), Dunas (1984)y Terciopelo Azul (1986). Acentuó el enigma visual en El Lado Oscuro de la Carretera (1997) y Mullholland Drive (2991). El Imperio gira en torno a una actriz que se compenetra tanto con su papel que confunde realidad y ficción, sello habitual en su discurso.
Galería de autores
Sus estilos cinematográficos son identificables.
■ Alfred Hitchcock: Persisten sus personajes como el falso culpable, mujeres dominantes y rubias gélidas.
■ Peter Greenaway: Destaca su atracción por la arquitectura, la simetría y los lados oscuros del ser humano.
■ David Cronenberg: Se distingue por analizar procesos degenerativos, -físicos o mentales- de los individuos.
■ Woody Allen: Se interesa en las diferencias de pareja y temas como el amor, la muerte y la religión.
■ Takeshi Kitano: Apasionado por dramas de la yakuza y la policía narrados con humor y violencia.
■ Arturo Ripstein: Retrata como pocos las atmósferas sombrías y depresivas.
