Quizá se acuerden ustedes de Al Gore. Durante los dos periodos de Bill Clinton fungió como vicepresidente, desempeñando su cargo con la atingencia que se le pide a esa figura. ¿Cómo? Muy fácil: siendo invisible. Es una Ley no escrita del sistema republicano norteamericano que el hombre que se halla “a un latido del corazón de la Presidencia” tenga el perfil más bajo que sea posible y no le haga sombra a quien ocupa la Casa Blanca. En ese sentido, Gore le funcionó muy bien a Clinton, incluso en los peores días de la crisis Lewinsky.
Más tarde, Al Gore ganó la Presidencia, aunque le fue arrebatada por George W. Bush a través del recordado trinquete de Florida, en las elecciones del año 2000.
Desde entonces, Gore se retiró de los reflectores públicos... hasta que reapareció hace unos meses de una manera y en un escenario bastante inesperados: durante la entrega de los Premios Oscar de Hollywood.
Y es que Gore produjo un documental que ganó la famosa estatuilla. El tema del mismo es uno de los favoritos del ex vicepresidente: el calentamiento global y el peligro que representa para la vida en este planeta.
Decimos que es uno de los temas favoritos de Gore, porque incluso cuando era vicepresidente hablaba apasionadamente de ese tópico, que no es muy popular que digamos. La prensa de la derecha se solazaba haciendo bromas y caricaturizándolo, presentando a Gore como un alarmista paranoico, dispuesto a dejar a Estados Unidos en una especie de Edad de Piedra, de era preindustrial, con tal de evitar que se sigan emitiendo gases de invernadero que alteren el clima a nivel global.
Pero al parecer será Gore el que reirá al último. No sólo su documental obtuvo un premio internacional, lo que le dará una mayor proyección de la que normalmente obtiene ese tipo de películas. Sino que cada vez más publicaciones serias están dándole cobertura al tema.
La última y muy digna de destacar es la National Geographic Magazine, sin duda la revista de divulgación científica más conocida del mundo. En su número de este mes, le dedica al calentamiento global el artículo de portada con el título “El gran deshielo”. Y lo que dice sobre la disminución en el tamaño de glaciares y campos de hielo es verdaderamente alarmante.
Así pues, lo que era motivo de burla, ahora es un tema que se está tomando cada vez más en serio, reivindicando a Al Gore... y poniéndole una presión más al hombre que le robó la Casa Blanca.
Y es que una de las primeras acciones de Gobierno de Bush, fue negarse a ratificar el Protocolo de Kyoto, que intenta frenar la emisión de gases responsables del mentado calentamiento.
Total, que el tonto del pueblo que vive en el 1600 de la avenida Pennsylvania no le atina a una... y el hombre al que le arrebató la victoria es el que ahora parece, cada vez más, un auténtico estadista. Sorpresas te da la vida, diría Pedro Navajas.
