SOSTIENE DAVID ISAACS QUE ENTRE LOS FACORES EXTERNOS QUE MÁS AFECTA A LA NIÑEZ Y A LA JUVENTUD ES LA TV Y MÁS LOS PROGRAMAS QUE RETRATAN CONDUCTAS INCORRECTAS.
El expertos en materia de educación en Europa afirma que la sociedad paga las consecuencias de la ausencia de valores que reina en las familias.
Pamplona.- La falta de afecto y atención por parte de los padres hacia sus hijos, es lo que más afecta el desarrollo de los menores, aseguró David Isaacs, uno de los expertos más sobresalientes en materia de educación en Europa.
Isaacs habló sobre el desafío que representa para los padres formar a los hijos en el contexto actual y consideró que la sociedad paga las consecuencias de que las familias hayan renunciado a formarlos en las virtudes fundamentales.
Comentó en primer lugar que la familia es el ámbito insustituible para la formación de las personas, puesto que en la institución familiar se nace, crece y muere.
Opinó que los padres no pueden abordar la formación completa de los hijos y por lo tanto delegan algunos aspectos de la educación al ámbito de la escuela. Advirtió sin embargo, que sólo el entorno familiar puede formar los valores más íntimos.
Muchos padres de familia, comentó, "desaprovechan la oportunidad de formar lo que tienen que formar en la familia. Gastan todo su tiempo en que sus hijos aprendan muchas cosas, como el tenis, la pesca, etc. Esta instrucción se puede recibir en otros sitios".
Dijo que en la familia la persona tiene la enorme oportunidad de ser aceptado como lo que es, mientras que en el resto de las organizaciones la persona es aceptada por lo que hace.
El profesor británico, autor entre otros del libro "La educación de las virtudes humanas", sugirió a los padres áreas claves en la formación de los hijos, que desde su punto de vista no son delegables en ninguna institución.
Los padres deben hacer de los niños profesionales competentes, ciudadanos responsables, amigos leales, miembros responsables de una familia, y en el caso de los creyentes -indicó- hijos responsables de Dios.
Señaló que la sociedad paga las consecuencias de que las familias no hayan formado a los hijos en las virtudes fundamentales y destacó que muchos hablan de la educación en valores, pero existe mucha confusión en el término y un gran relativismo.
El doctor en Pedagogía habló de la necesidad de formar en las virtudes, a las que denomina hábitos operativos buenos, como pueden ser la prudencia y el ejercicio de la justicia.
Estos hábitos, señaló, son valores en cuanto la persona los aprecia.
También existen los valores objetivos: "Son valores que unen a las naciones y que son compartidos por diversas religiones, como por ejemplo, la justicia y la lealtad", mencionó.
Isaacs define a la virtud "como aquello que nos encanta encontrar en los demás para con nosotros, pero nos cuesta desarrollar en la propia vida".
El especialista ha estudiado durante años lo que los padres de familia deben formar en cada etapa de la vida del niño y habló de su experiencia.
Consideró que la madurez "es la consecuencia del desarrollo armónico de las virtudes humanas", aunque en cada etapa de la vida se forman diferentes virtudes. En los niños pequeños es fundamental educar en el orden, pues esta virtud ayuda a la convivencia y la eficacia.
Otra virtud que se forma en la primera infancia es la obediencia, por lo que los padres deben enseñar a obedecer a sus hijos y ejercer la autoridad que tienen para ello.
Entre los ocho y los 12 años, señaló, se debe formar en la fortaleza y en la laboriosidad. Al llegar a la pubertad se debe poner especial atención en el deporte y en las virtudes de la justicia y la generosidad.
Isaacs prosiguió con el repaso de la formación de las virtudes y sugirió que alrededor de los 12 años de edad, se debe formar en los hijos el pudor.
Advirtió que la gente no entiende esa virtud "que consiste en mantener cubiertos a extraños todos los aspectos de la intimidad, no sólo el cuerpo, sino también los sentimientos y únicamente compartirlos para ayudar o cuando necesitamos ayuda".
A partir de los 15 años, se debe poner especial énfasis en la virtud del intelecto. "Debemos enseñar a los hijos a pensar antes de actuar", manifestó.
Además, habló de los peligros en el entorno actual ente los cuales se encuentra la familia misma, pues la falta de formación evita identificar las influencias externas que atentan contra ella.
Dijo que entre los factores externos el que más afecta es la televisión y sostuvo que los programas que más hacen daño, son aquellos que retratan conductas incorrectas a las que la sociedad termina por acostumbrarse.
Tal es el caso, agregó, de los noticieros, que venden la violencia como algo normal.
Isaacs mencionó algunas conductas que los padres deberían evitar con los hijos para no afectar su proceso formativo.
Sugirió no abusar de los alicientes o castigos para lograr un hábito. Si a un hijo se le grita siempre, este mecanismo perderá eficacia y lo mismo el padre que de forma recurrente le da dinero para premiar su desempeño escolar.
Destacó que los retos actuales para las familias son los mismos que siempre ha tenido la humanidad.
Agregó que los sicólogos dicen en la actualidad, lo mismo que advertía Aristóteles: "Tenemos los mismos desafíos. Ayudar a nuestros hijos a ser felices".
Finalmente, lamentó el proceder del gobierno español respecto a las políticas que ha implementado en materia educativa.
Señaló que en el caso español, los gobernantes han sustituido la verdad por leyes, decretos e instrucciones. "Todo está legislado. El ciudadano responsable es el que obedece, ya no hay lugar para la prudencia personal", indicó.
Además, lamentó que la política educativa del gobierno español pretenda masificar a la sociedad.
