En el último round Italia le propina un terrible nocaut a todo un país, golpe certero de Fabio Grosso y golpe fulminante de Alessandro Del Piero, tras acompañar y realizar un desdoble a Alberto Gilardino (desdoble-pasar por la espalda al compañero) y acariciar con borde interno el balón, introduciéndolo y estallando el llanto de los germanos.
Está bien que Italia pase a la final, fue el equipo que más propuso, salió a imponer condiciones y a jugar sobre todo en el primer tiempo como ellos querían.
Enfrente una Alemania que empareja el partido sobre el final del primer tiempo, en lo global los germanos no demostraron ser local y siguen con la historia de no poder ganarle a Italia en los últimos Mundiales, los azules la cambiaron al haber ganado en un estadio que solamente era victoria para los locales.
Supremacía italiana en el juego, tiros en los palos y un penal claro no cobrado a favor de Italia (mal partido para Armando Archundia, el consuelo fue que ganó Italia), esta superioridad se traduce después de ciento veinticinco minutos de futbol.
Muy bien por Marcelo Lippi que nos da una muestra diferente de Italia, realiza cambios ofensivos y da un mensaje a sus muchachos, no quiero ir a penales, ahí nos matan, entendiendo éste, es así que Italia arriesgó más y retiró todas las ganancias.
Ayer dije, ahora vemos a Mauro Camaronesi en una semifinal, hoy está en la final y quizá besando la Copa del nueve de julio.
Desilusión para el anfitrión, que puso en cuanto a la organización el mejor banquete del mercado, y vio como un rival con ambiciones no lo dejará disfrutar.
Reconozco que me equivoqué con Alemania, pensaba que después de Argentina aumentaría su nivel y sería campeón. Italia tendrá que esperar quien será su rival, Francia complicaría mucho más que Portugal y sería una final más atractiva.
Hasta la próxima.
