Lo mejor de la semifinal entre Alemania e Italia fueron los tiempos extras, en donde se gestaron las oportunidades de gol por ambos equipos, sobre todo Italia, que concretó dos de las cuatro que tuvo.
En este partido predominó la lucha en el medio campo, la disputa por la pelota, a veces se tornó medio soso, desconectado y tenso, en donde se notaba la tensión de lo que representaba el pase a la gran final, lo cual influyó en el rendimiento de algunos jugadores.
Predominó el aspecto defensivo de ambos cuadros, incluso, se pensaba en la definición del juego en penales, sin embargo, dos jugadas con mucha creatividad y buena definición, concluyó con el sueño de Alemania de llegar a la gran final.
Se notó un equipo de Italia sobrio, muy bien parado atrás y en su medio campo, lo cual le dio solidez durante los 120 minutos de juego.
Algo que le restó fuerza a Alemania fue el no haber contado con su medio escudo Torsten Frings, quien fue suspendido un juego por FIFA, debido a su participación en el connato de bronca registrado al final del juego contra Argentina.
Vimos en Italia a jugadores claves como Fabio Cannavaro, Fabio Grosso, Gennaro Gattuso, Mauro Camoranesi y el arquero Gianluigi Buffon, quien respondió cuando lo exigieron en el segundo tiempo extra, en el tiro de Lukas Podolski que desvió a tiro de esquina en gran lance, después de esta jugada vinieron los dos goles italianos.
Los italianos han recibido hasta el juego de ayer un solo gol, dato que muestra su tradicional futbol, consistente en defenderse bien y en una jugada ofensiva definir el partido, ante una Alemania que se defendió bien.
Los planteamientos tácticos prevalecieron hasta el final del partido, prueba de ello es que ambos técnicos hicieron sus cambios hasta los tiempos extras. En este aspecto hubo paciencia y visión, y en el caso de Italia el ingreso de Alessandro Del Piero dio resultado por haber anotado el gol que sepultó a Alemania.
