El acaparamiento de las vacunas contra COVID-19 por parte de países ricos, mismos que ya comenzaron a aplicar terceras dosis de refuerzo, se traduce en un riesgo de constante mutación en las regiones que experimentan escasez. (ARCHIVO)
La aparición de la nueva variante del virus del SARS-CoV-2, ómicron, así como los intentos de contención por parte de diversos países del mundo, son un recordatorio de las advertencias científicas sobre la prevalencia de la pandemia mientras vastas partes del mundo no tengan acceso a vacunas.
El acaparamiento de las vacunas contra COVID-19 por parte de países ricos, mismos que ya comenzaron a aplicar terceras dosis de refuerzo, se traduce en un riesgo de constante mutación en las regiones que experimentan escasez, así como para el resto del mundo.
De acuerdo con Richard Hatchett, director ejecutivo de la Coalición de Preparación de Innovación contra las Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés), uno de los grupos detrás de la iniciativa COVAX, "el virus es oportunista, y la inequidad que ha caracterizado la respuesta global ahora ha vuelto a casa".
Actualmente, en África aproximadamente el siete por ciento de la población continental se encuentra inmunizada contra el COVID-19. COVAX estaba diseñada para evitar la desigualdad, no obstante la iniciativa enfrentó carestía de inyecciones, motivo que le obligó a abandonar su meta inicial de dos mil millones de dosis.
Ahora, para alcanzar su nuevo objetivo, COVAX debe de distribuir mil 400 millones de dosis para finales de 2021, lo que se traduce en embarques diarios de 25 millones de sueros anti-COVID todos los días, no obstante promedia poco más de cuatro millones diariamente desde octubre.
Este panorama provocó, científicos de Sudáfrica alertaron en días anteriores a la Organización Mundial de la Salud sobre la nueva variante, la cual presenta una treintena de mutaciones y tiene en alerta a la OMS, pues se desconoce el nivel de infección que pueda presentar y si las vacunas actuales son eficaces.
REGRESA LA LAGUNA A SEMÁFORO NARANJA
A nivel local, el comportamiento de la pandemia en la región Laguna de Coahuila no es ajena al del resto del mundo, por tal motivo, autoridades estatales de salud determinaron que de forma temporal la Comarca retrocederá nuevamente en el semáforo de riesgo epidemiológico a naranja.
Esto se debe, de acuerdo con el reporte oficial de la Secretaría de Salud del Estado a dos indicadores, que son la Tasa de Incidencia de casos estimados activos por cada 100 mil habitantes, así como en el porcentaje de camas con ventilador.
Con riesgo alto se ubican el porcentaje de camas generales IRAG (Infección respiratoria aguda grave), el porcentaje semanal de positividad al virus SARS-CoV-2 y la Tendencia de casos hospitalizados por 100 mil habitantes.
Con riesgo moderado se ubica la Tasa de reproducción efectiva (Rt) de COVID-19 mientras que, con riesgo bajo se posiciona la Tasa de mortalidad por 100 mil habitantes, la Tasa de casos hospitalizados por 100 mil habitantes, la Tendencia de casos de síndrome COVID-19 por 100 mil habitantes y la Tendencia de la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes.
(Con información de Angélica Sandoval y editado por Carlos G. González)
