Tomar la vida con humor, pero con buen humor, eso es lo que necesitamos hacer cotidianamente, en especial cuando las cosas se ponen "color de hormiga", o sea, muy difíciles o críticas. Conservar el buen humor nos permite ver la situación desde un lado más amable, le resta importancia a los problemas, nos calma miedos y temores, a la vez que incrementa nuestra sensación de bienestar.
El buen humor es indispensable, querido lector, así que hay que procurarlo. Y ya que andamos "de humor", vendría a bien saber qué es… pues eso, el humor, de dónde viene esa palabra. Nos vamos a los orígenes de ella y nos encontramos con que tiene que ver con la humedad, específicamente con los líquidos del cuerpo humano.
Hace siglos se creía que nuestro cuerpo se componía principalmente de cuatro líquidos que se llamaban humores, y éstos se relacionaban con los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego. A cada humor o líquido del cuerpo le correspondía un elemento: la bilis amarilla era el fuego; la bilis negra, la tierra; la sangre era el aire, y la flema era el agua. Si tenías buena salud, entonces tu cuerpo estaba en balance, o sea que tenías una cantidad adecuada de cada uno de estos líquidos… y como te sentías bien, pues entonces tenías buen humor, o sea que tus humores estaban "como Dios manda".
Así que, para sentirnos bien, hay que andar de buen humor, con todos nuestros niveles al cien. Por supuesto que ahora usamos el término "humor" como la disposición de hacer algo, hoy sí ando de humor, y más frecuentemente, como el estado de ánimo o el genio que tenemos en determinado momento. Si yo le digo que hay que tomar las cosas con buen humor, usted probablemente me responda: ¿y de qué humor estamos hablando?
Tiene razón, porque refiriéndonos al humor como una forma de comicidad -de aquello que nos es cómico, que nos divierte y hace reír, resulta que hay diferentes clasificaciones del humor. Si yo le digo: "¿por qué metieron a la cárcel al rompecabezas? Porque estaba armado", a lo mejor se ríe, a lo mejor no, o ya de plano mejor se pone a leer otra cosa, pero es que es un "chistorete" un poco bobo del que llamamos "humor blanco", ese humor que es inocente, que es puro, limpio, respetuoso y que se mantiene dentro de los límites; por eso es apto para todo tipo de público.
En cambio, existe el llamado "humor negro" que, por el contrario, es oscuro, intenso, rebasa todos los límites y puede incomodar a mucha gente, ya que usa temas considerados como tabú o prohibidos. Algunos chistes de humor negro son muy fuertes, otros no tanto, como aquel del tipo que llega muy enfermo con el doctor, y después de que lo consulta, le pregunta: "Doctor, ¿tendré cura?" Y el doctor le contesta: "¡Claro que sí… tendrá cura, misa y funeral!"
Así como clasificamos al humor con colores, también lo hacemos según la región: humor local cuando se refiere a cosas que solamente en la localidad se conocen, o humor universal, que puede ser gracioso para cualquier persona del mundo.
Y antes de despedirme porque el espacio se acaba, le diré que también existe el humor absurdo, ese que rompe con la lógica y por eso nos sorprende y, a veces, hace reír. Ahí le va uno de esos: "Mi mujer se fue a comprar un vestido de noche…" "¿Y qué compró?" "Nada, no estaba abierto".
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios al mail: [email protected] y en Twitter: @donjuanrecaredo.
ME PREGUNTAN: Quiero saber cuál de las dos formas es correcta: ¿díganos o dígannos?
LE RESPONDO: Ambas son correctas, dependiendo de lo que quiera decir. "Díganos" es la combinación de "diga" (usted) y "nos": "Díganos usted unas palabras". "Dígannos" es la combinación de "digan" (ustedes) y "nos": "Dígannos ustedes lo que desean".
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: La vida es tan buena dando lecciones que, si no las entiendes, te las repite hasta que las entiendas.
