
Rusia responde con bombas al ultimátum de Trump: se agota el plazo para Putin
El presidente ruso, Vladímir Putin, tiene diez días para atender las demandas de su colega de Estados Unidos, Donald Trump, que redujo el plazo para que el Kremlin detenga la guerra en Ucrania.
El plazo, que arrancó el 29 de julio, según explicó Trump, vence el 7 de agosto, de lo contrario la Casa Blanca impondrá sanciones a Rusia y aranceles secundarios a los principales importadores de petróleo ruso, es decir, China e India.
Putin mantiene un riguroso silencio
Putin, que siempre ha alabado el pragmatismo de su colega estadounidense frente a la rusofobia europea -el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, reiteró esos elogios este lunes-, mantiene desde hace más de dos semanas un riguroso silencio.
Nadie sabe lo que hará. Eso sí, sabemos lo que pensaba hasta ahora. Desde hace meses se niega a declarar un alto el fuego, aunque sólo sea de 30 días, con el argumento de que eso sólo servirá para que el enemigo se rearme. Putin quiere negociar con las armas en la mano.
En Rusia aún mantienen la esperanza de que el nuevo ultimátum de Trump sea un farol o consecuencia de la mala influencia de sus aliados europeos, a los que se ha acercado recientemente tras alcanzar sendos acuerdos sobre aranceles y gasto en defensa.
Sólo desde Ginebra la presidenta del Senado ruso, Valentina Matviyenko, aseguró hoy que los ultimátum "no son un método muy eficaz para la solución de conflictos".
"Si lanzamos, como usted dice, ultimátum, entonces deberíamos dirigirlos a la parte ucraniana, ya que son ellos los que están torpedeando las negociaciones de paz", dijo.
Rusia responde a Trump con más bombardeos
Si de palabra el Kremlin apenas se ha inmutado ante el cambio de retórica de Trump -el portavoz, Dmitri Peskov, sólo defendió hoy la inmunidad rusa ante las sanciones occidentales-, Moscú sí ha respondido con hechos en el campo de batalla.
El ejército ruso contestó al primer ultimátum de 50 días intensificando la campaña de bombardeos contra territorio ucraniano y la ofensiva terrestre, tanto en el Donbás como en el norte del vecino país para crear una franja de seguridad.
Mientras, Rusia mató el martes a 17 presos en un ataque contra un penal en la región de Zaporiyia y el miércoles golpeó un centro de instrucción ucraniano con misiles tácticos Iskander, lo que incluía bombas de racimo, según el comunicado de Defensa ruso.
A su vez, en los últimos días ha conquistado varias localidades en la región de Donetsk, donde Moscú intenta por todos los medios tomar la estratégica localidad de Pokrovsk, objetivo principal de la campaña estival. Poco importa que, según el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, haya perdido ya a 100.000 hombres en lo que va de año.
Complejo de fortaleza asediada
Para consumo interno, como es tradición ante las presiones occidentales, las autoridades rusas volvieron a sacar la carta de la fortaleza asediada.
"Por primera vez en la historia Rusia combate sola contra todo Occidente. En la Primera Guerra Mundial, en la Segunda teníamos aliados. Ahora, no tenemos aliados en el campo de batalla. Por eso, debemos depender de nosotros mismos. No podemos ser débiles ni mostrar debilidad", dijo este lunes Lavrov.
Se olvidó de Corea del Norte, que habría suministrado a Rusia millones de proyectiles y misiles -según fuentes surcoreanas y occidentales-, además de varios miles de soldados para liberar la región de Kursk.
Lavrov insistió en que las principales condiciones para un arreglo siguen siendo el reconocimiento internacional de las anexiones territoriales rusas y el veto al ingreso de Ucrania en la OTAN. Ni rastro de un posible cese de las hostilidades para impulsar las negociaciones de paz.
En la misma línea, Matviyenko, que fue boicoteada por sus colegas europeos durante la VI Conferencia Mundial de Presidencias de Parlamento, que abandonaron la sala, subrayó que "todos los conflictos, incluido el ucraniano, tienen opciones de arreglo sólo si se eliminan sus causas originales", de lo contrarío volverán a estallar.
China e India, a la que Trump castigó este miércoles con un 25 % de aranceles por comprar armas e hidrocarburos rusos, podrían pagar los platos rotos del giro de EE.UU., ya que importan más de dos tercios del petróleo ruso.
El Gobierno indio "siempre ha comprado la gran mayoría de su equipamiento militar a Rusia, y son el mayor comprador de ENERGÍA de Rusia, junto con China, en un momento en que todos quieren que Rusia DETENGA LA MATANZA EN UCRANIA", escribió hoy Trump en su redes sociales.