
Ricardo Acosta: “La música es vida y se mueve”
La música siempre estuvo presente en la vida de Ricardo Acosta. Su atracción por el piano y su preparación constante lo llevó a estudiar en Suiza, donde actualmente radica, la Maestría en Piano y dirección Orquestal, así como Pedagogía.
Desde la distancia, el lagunero recuerda parte de su preparación, sus inicios en la música, así como su vida en Torreón.
¿Cómo comenzó tu pasión por la música?
Desde pequeño mis papás siempre escucharon música en la casa, entonces siempre estuvo presente en mi vida. Yo quería empezar con la batería, pero elegimos el piano porque era un instrumento muy bueno para hacer las bases en la música. Y también coincidió que Mariana Chabukiani acababa de llegar a La Laguna, lo cual fue un parteaguas para todos nosotros.
Siendo originario de La Laguna, ¿de qué manera crees que tu entorno influyó en tu formación musical y en tu identidad como artista?
Es difícil analizar esto porque sería como empezar a ver cuánto por ciento de genes tiene uno de distintas partes del mundo, pero algo que sí creo que influyó es que soy bastante reservado y me gusta trabajar en lo que me interesa.
Has trabajado como pianista solista y como director de orquesta. ¿Cómo equilibras esas dos facetas y qué te aporta cada una?
Yo siempre he pensado que todas las prácticas en la música son simbióticas unas con otras. Lo que yo aprenda como director se aplica al piano y la composición. Entre ellas se nutren. Del equilibrio creo que no lo he encontrado todavía. Hay meses que estoy más enfocado en una y luego semanas intensas de regreso en otra. Sigo buscando.
¿Hay algún momento clave o maestro que haya marcado un antes y un después en tu formación artística?
Cuando me di cuenta que uno nunca termina de crecer. Los que son “expertos” en algo, ya no crecerán más porque no pueden aprender algo que según ellos ya saben.
¿Recuerdas a algún maestro o tus pasos en tu educación inicial como en el Colegio Inglés?
Sí claro. Recuerdo mucho a Miss Cecy Talamás que era mi maestra de Matemáticas en secundaria. Ella era muy estricta pero al mismo tiempo divertidísima. De alguna manera aprendí de ella esa mezcla entre hacer las cosas bien porque simplemente se deben hacer bien, pero con un sentido del humor filoso. Y también a mi maestra de Español, Miss Silvia Núñez, que nos enseñó tantas cosas de literatura y me inculcó el amor por leer.
¿Qué tiene la pedagogía que decidiste encaminarte a esa rama de la música?
Fue una manera de explorar algo que normalmente no se incorpora al currículum de los “concertistas”. No recuerdo quién lo dijo, pero también el explicar algo es volver a entenderlo hasta con otros ojos.
¿Cómo defines tu estilo interpretativo tanto al piano como en la dirección orquestal?
Que tenga vitalidad. Es lo más importante. La música es vida y se mueve.
¿Qué papel juega la emoción y la intuición frente a la técnica en tu manera de abordar una obra musical?
La técnica y los conocimientos son medios. Al principio está eso y luego la emoción y la intuición juegan el papel final.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes músicos que quieren dedicarse profesionalmente a la música clásica desde una ciudad como La Laguna?
Que lo piensen muy bien. La música como profesión no es un sustantivo sino un verbo. Uno no es músico. Uno hace música, la vive, la piensa y la sueña.
Más allá de la música, ¿qué te inspira o te mueve en la vida y cómo influye eso en tu forma de hacer arte?
Más y más: la naturaleza y el ejercicio.

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