
Que no te intimiden: Así puedes enfrentar a los despachos de cobranza
Los despachos de cobranza en México han adquirido una reputación poco favorable debido a ciertas prácticas inapropiadas. Sin embargo, los consumidores cuentan con derechos que los protegen ante posibles abusos.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) tiene la facultad de regular a estas entidades y garantizar que sus actividades se lleven a cabo conforme a la ley.
Los despachos de cobranza actúan como intermediarios entre las entidades comerciales y los deudores, con el objetivo de gestionar el pago de deudas de manera extrajudicial, así como negociar y reestructurar créditos. Las entidades comerciales, por su parte, son aquellas sociedades que otorgan préstamos o financiamientos al público, como los créditos al consumo.
En México, el uso de tarjetas de crédito bancarias y departamentales ha crecido significativamente. Según cifras del Banco de México, en 2021, 27.3 millones de personas entre 18 y 70 años contaban con algún tipo de crédito formal, de los cuales el 61.3 % correspondía a créditos otorgados por tiendas departamentales o de autoservicio.
Los proveedores de bienes y servicios tienen responsabilidad sobre la conducta de los despachos de cobranza que contratan. De hecho, si un despacho incumple sus obligaciones, la entidad comercial puede ser sancionada. Para evitar prácticas abusivas, existen reglas claras sobre lo que un despacho puede y no puede hacer.
¿Qué no pueden hacer los despachos de cobranza?
Los despachos de cobranza no pueden comunicarse con personas ajenas al deudor, ni hacer visitas o llamadas telefónicas fuera del horario permitido, que es de 7:00 a 22:00 horas de lunes a viernes. También tienen prohibido utilizar lenguaje ofensivo o amenazante, difundir públicamente la deuda del consumidor o recibir pagos directamente, ya que la liquidación debe hacerse a la entidad comercial.
Antes de iniciar cualquier negociación, el despacho de cobranza debe presentar pruebas de la existencia del adeudo y respetar un trato digno dentro de los horarios establecidos. También debe informar de manera clara sobre el monto total a pagar y sus detalles, proporcionar documentación que respalde la negociación o reestructuración del crédito, e identificarse adecuadamente mencionando el nombre de la entidad comercial que otorgó el crédito.
Una vez que el adeudo ha sido pagado, el consumidor debe recibir una carta finiquito o de no adeudo por parte de la entidad comercial. Asimismo, es responsabilidad de la empresa realizar las gestiones necesarias para que la persona quede fuera del buró de crédito.
Si un consumidor enfrenta problemas con un despacho de cobranza que incumple con estas normas, puede acudir a Profeco para presentar una queja y solicitar la intervención de las autoridades. La protección del consumidor es fundamental para evitar abusos y garantizar una relación financiera justa entre los ciudadanos y las entidades comerciales.