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Sólo en Torreón, este 2025 han fallecido 11 motociclistas, representando el 36.6 % de las muertes por accidentes viales.
En junio, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), una organización técnica global que aboga con la sociedad por proteger el medio ambiente y satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones actuales y futuras publicó un informe titulado “Seguridad de motociclistas e infraestructura de vías urbanas” abordando el enfoque integral para garantizar un entorno urbano donde se puedan salvar las vidas de los motociclistas.
Considerando que su uso está creciendo rápidamente en África, Asia y América Latina, la región que nos atañe.
Las cifras de 2025 en La Laguna reflejan también las de nivel global si como documentó el WRI, actualmente los conductores de estos vehículos de dos y tres ruedas representan el 30 % del total de muertes por tránsito.
El estudio analizó seis ciudades, tres de ellas en América Latina, dos en África y una en Asia para entender cómo el diseño de la infraestructura vial urbana impacta en los motociclistas de países de ingresos bajos y medianos. México, según el Banco Mundial (2024) es un país de ingreso mediano alto.
De los principales hallazgos el primer factor fue la velocidad, una variable significante asociada a fatalidades, lesiones y choques en las ciudades estudiadas y que apuntó a que por cada 10 km/h de aumento de velocidad en las autopistas corresponde un incremento de entre 7 a 24 % en lesiones de motociclistas y de 20 a 31 % en muertes.
Respecto a la infraestructura, se encontró que según el uso que tengan los carriles en las ciudades, el que sean más amplios, sea para adelantar o filtrarse entre los carriles, puede brindarles más seguridad; pero también está el factor que entre más anchos supone un riesgo al implicar mayor velocidad y así un riesgo para usuarios vulnerables.
La presencia de separadores que divide el tráfico en un mismo sentido entre calzadas centrales y laterales de servicio también estuvo asociado a un aumento de motociclistas víctima de siniestros.
Otro elemento el que se asoció un mayor aumento de accidentes fue la frecuencia de intersecciones, al tener más puntos de conflicto donde los movimientos de giro de motociclistas y conductores de vehículos afectan a unos y otros.
El estudio aclara que no deben hacerse las manzanas más pequeñas o retirar los semáforos o las intersecciones, ya que estos traen ventajas a la seguridad vial y moderan la velocidad, pero plantea que se debe contar un plan integral para garantizar la gestión de las velocidades y los conflictos en lugares con un número elevado de manzanas por longitud de vía.
El WRI encontró una asociación entre los puentes peatonales y los accidentes, en primera porque estos suelen estar en vías rápidas, lo que favorece la velocidad de todos los vehículos; y segundo porque también están donde hay una demanda de cruces de peatones, disminuyendo su eficacia cuando estos prefieren pasos a nivel.
En general las zonas urbanas con alta densidad poblacional y zonas comerciales, aparte de las zonas de ingresos bajos y medios presentan una asociación a aumento de accidentes.