
La docencia que viene del corazón: Marielena Pérez sigue amando la enseñanza como maestra jubilada
"La enseñanza viene del corazón", es la frase que Marielena Pérez se repitió por casi dos décadas todos los días al acudir a cumplir su trabajo como maestra.
Con la responsabilidad de una hija menor de edad, varios problemas económicos y, también, la falta de apoyo por parte de un esposo, es que Marielena Pérez buscó encontrar una oportunidad de trabajo en la docencia, entregando a través de ella todos los conocimientos que había aprendido a lo largo de los años sobre ortografía y redacción, que aprendió cuando estudiaba Comercio.
Y así fue que desde el 8 de marzo del 2001, la maestra Marielena no sólo se dedicó de lleno a su trabajo en la Escuela Comercial Administrativa (ECA) de Torreón, sino a brindar todas las enseñanzas posibles a los cientos de alumnos a los que les impartió clases por casi 20 años.
Noches de desvelo, tardes agotadoras y mañanas ajetreadas peleando con el transporte público para llegar a tiempo a su trabajo, fueron sólo algunas de las dificultades con las que la maestra Marielena tuvo que lidiar a diario.
Pero, todo esfuerzo trae sus recompensas y para la maestra Pérez, la mayor satisfacción que todavía hoy en día recibe, es encontrar a sus alumnos agradeciéndole por las enseñanzas y consejos que les brindó cuando fueron jóvenes.
"Hoy los veo trabajando, casados, con sus propias familias, y siento una gran emoción cuando me dicen que agradecen todo lo que les enseñé", dice la maestra.
El tiempo llevó a los entonces jóvenes a reconocer que los 'regaños' tenían su propósito y que se estaban llevando un tesoro incomparable y muy valioso: enseñanzas de vida.
Luego de ver llegar y graduarse a múltiples generaciones de jóvenes estudiantes, además de ser parte de su historia de vida, el trabajo en la ECA llegó a su fin para la maestra Marielena, en octubre del 2020.
Y es que ante las dificultades de la pandemia, y una operación de emergencia a la que tuvo que someterse, la maestra tuvo que decirle adiós a la escuela.
Hoy en día, la maestra Marielena ya no tiene prisa por levantarse para llegar temprano al trabajo, y ha sustituido su cuaderno de ortografía por la correa de su perrito 'Wilson', y la pila de exámenes por una de sus libros pendientes por leer. Sin embargo, el amor por la enseñanza sigue presente.
Y es que sin importar los años y la edad, cada vez que se presenta la oportunidad, la maestra Marielena no duda en brindar sus conocimientos a quienes lo requieren, sea a través de trabajos ocasionales o clases privadas.
Aunque actualmente enfrenta una difícil lucha por conseguir su pensión, la mujer entregada a la educación, no se cierra a oportunidades para compartir sus enseñanzas.