
Fascinaba. La imagen de María Antonieta Pons en la pantalla fue magnética, porque además de fascinar con sus bailes, lo hizo con su vestimenta que consistía en trajes brillantes, plumas, faldas de volantes, con aberturas que dejaban ver las piernas al bailar.
La belleza y la forma magistral de bailar de María Antonieta Pons la inmortalizó como la mejor rumbera de la Época de Oro del cine mexicano, verla bailar de la manera hipnotizante en que lo hizo fue un deleite para la época en la que las rumberas proliferaron con nombres como Amalia Aguilar, Ninón Sevilla, Rosa Carmina y Meche Barba.
Pons fue descubierta por el productor Juan Orol, quien buscaba una bailarina para sus películas de temática tropical. Llegó a México siendo muy joven. Su primera película en el país azteca fue Siboney (1938), en donde mostró sus dotes de bailarina y su carisma frente a la cámara.
Aunque María Antonieta, nacida en Cuba, el 11 de junio de 1922, nunca tuvo formación académica estricta en danza, tuvo un estilo que se caracterizaba por la espontaneidad y la energía con la que ejecutaba sus bailes.
En junio de 1954, en las páginas de El Universal, se anunciaba un espectáculo engalanado por María Antonieta, éste se llevó a cabo en el Margo o Salón Margo, un recinto ubicado en el número 16 del Eje Central Lázaro Cárdenas, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde actualmente está, abandonado, el Teatro Blanquita.
"Definitivamente, hoy se despide la imponente y guapísima María Antonieta Pons", se lee en el promocional de la época.
La imagen de María Antonieta Pons en la pantalla fue magnética, porque además de fascinar con sus bailes, lo hizo con su vestimenta que consistía en trajes brillantes, plumas, faldas de volantes, con aberturas que dejaban ver las piernas al bailar.
En videos y fotos de la época se observa que María Antonieta solía recurrir a los tops ajustados, generalmente de hombros descubiertos, con escotes generosos que resaltaron su silueta.
Satines brillantes, lentejuelas, telas metálicas y lamé dorado o plateado se conjuntaron con plumas de vivos colores que evocaban lo tropical y lo carnavalesco.
Accesorios como collares y brazaletes grandes, así como cinturones con pedrería que marcaban la cadera, se sumaron a las sandalias altas y brillantes, a veces con plataformas, que le daban firmeza para sus bailes enérgicos.
La llamada "reina del trópico" también usaba turbantes y tocados con flores enormes o frutas, inspirados en el estilo de Carmen Miranda, pero con un toque más elegante, fueron un toque recurrente en el vestuario que usaba en películas como: La reina del trópico, La bien pagada, Ángel o demonio, La mujer del puerto (1949, segunda versión), El ciclón del Caribe, Piña madura, La reina del mambo, María Cristina, Viva mi desgracia y Konga roja.
Estuvo casado con Juan Orol, el famoso director y productor, él fue quien la descubrió y quien la lanzó al cine en 1938. Tras su ruptura con Orol, María Antonieta se casó con el actor, director y productor español radicado en México Ramón Pereda, con quien trabajó en varias películas.
María Antonieta no solo trabajó en México, también filmó en Argentina y Cuba, lo que le dio proyección en toda América Latina. En la época del cine de rumberas se hablaba de cierta competencia entre Pons y Ninón Sevilla, aunque en la práctica cada una tenía su estilo muy definido.
A diferencia de otras estrellas de la época, María Antonieta Pons se retiró de los reflectores en los años 60 y llevó una vida sumamente reservada en la Ciudad de México hasta su muerte en 2004.