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El acuerdo de alto al fuego entre India y Pakistán, logrado con la mediación de Estados Unidos, ha sido anunciado como un avance significativo en la resolución del conflicto entre ambas naciones. Este acuerdo, pactado tras largas negociaciones, fue confirmado tanto por autoridades pakistaníes como por indias, marcando un paso crucial hacia la desescalada de las tensiones en la región de Cachemira.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de su perfil en la red social TruthSocial, destacó que el alto al fuego sería "total e inmediato", aplaudiendo la disposición de ambos países para alcanzar este consenso. "Felicitaciones a ambos países por su sentido común y gran inteligencia", afirmó Trump en su mensaje, agradeciendo a ambas naciones por su colaboración.
El conflicto, que se intensificó a raíz de un atentado terrorista en Cachemira el 22 de abril, había generado una creciente preocupación internacional. El ataque, que resultó en la muerte de 26 personas, fue atribuido por India a Pakistán, desencadenando una serie de enfrentamientos que incluyeron un bombardeo indio sobre presuntas bases terroristas en Pakistán, con un saldo de 31 civiles muertos, según Islamabad.
El gobierno de Estados Unidos, siguiendo de cerca la escalada, había instado a ambas partes a calmar la situación. La mediación estadounidense, liderada por el secretario de Estado Marco Rubio y el vicepresidente JD Vance, resultó en intensas conversaciones con los principales líderes de India y Pakistán, incluidos los primeros ministros de ambos países, durante las últimas 48 horas.
Finalmente, en un acto conjunto de compromiso, el ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Ishaq Dar, y el secretario de Relaciones Exteriores de India, Vikram Misri, confirmaron que el alto al fuego comenzaría a las 17:00 horas (11:30 GMT). Ambos países acordaron suspender todas las acciones militares en tierra, aire y mar, sin hacer referencia explícita a la mediación estadounidense, aunque esta fue clave en el logro del acuerdo.
Este acuerdo pone fin a una de las crisis más graves entre India y Pakistán desde la guerra de Kargil de 1999, y representa un paso hacia la estabilización de la región, históricamente marcada por tensiones por la soberanía de Cachemira, tema de disputa desde la independencia de ambos países en 1947.