
Estos nuevos sitios siguen revelando la riqueza arqueológica que tiene Durango y la importancia que tuvo para diversas sociedades desde hace siglos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Ya sea entre matorrales de la árida región del semidesierto, en cañones aledaños a ríos o en cuevas perdidas entre los cañones de la Sierra Madre Occidental, durante los últimos años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió nuevos sitios arqueológicos que confirman la riqueza histórica de Durango pero, a la vez, abren nuevas interrogantes sobre las sociedades que se asentaron o cruzaron este territorio.
En respuesta a la solicitud de acceso a la información 340018300013225, realizada por El Siglo, el INAH reveló que en lo que va de esta década ha registrado un total de 21 nuevos sitios arqueológicos en el estado de Durango. Destacando no solamente el número, sino la variedad de tamaños y tipos de ocupación, que en su mayoría todavía son desconocidos.
Hay desde lugares muy pequeños, con apenas 50 metros cuadrados de superficie, hasta asentamientos de más de siete mil metros que destacan no solo por su extensión y por los materiales encontrados. Si se suman las superficies reportadas, la cifra total alcanza los 17 mil 311 metros cuadrados.
Los principales sitios registrados entre los años 2020 y el 2025 por los arqueólogos se centran en los municipios de Mapimí y Durango, con cinco sitios en cada uno. Con dos, aparecen los municipios de Súchil, Cuencamé y Lerdo; mientras que el resto se ubican en Mezquital, Hidalgo, Indé, Pueblo Nuevo y Coneto de Comonfort.
DURANGO
En el municipio de Durango destacan los hallazgos realizados en tres puntos distintos, aunque cercanos entre sí, del paraje ubicado en el cañón de Tres Molinos, donde fueron encontrados alineamientos y muros prehispánicos relacionados con la cultura Chalchihuites.
El sitio Tres Molinos III corresponde a un muro de rocas de 30 metros de largo sin argamasa, que se encuentra en la ladera de un cerro, posiblemente se trate de una terraza. El Tres Molinos IV es un conjunto de habitaciones cuadradas que se encuentran a un lado del río, y tanto al interior como al exterior se encontró material arqueológico disperso, lítica tallada, pulida y cerámica. Mientras que en el sitio Tres Molinos V hay un alineamiento rocoso, parecido a un muro, que se encuentra al pie de un cerro.
El sitio arqueológico denominado El Abrigo se encuentra a lo largo de un afloramiento de basalto, está compuesto de dos estructuras, dos paneles de petrograbados con líneas rectas y curvas, círculos, cruces y números, se puede notar que uno está imitando los diseños del otro, así como concentraciones de otros tallados en superficie. Hay una estructura que sirvió para crear cimientos para muros de una construcción.
El material arqueológico que pudo encontrar en superficie va desde herramientas de lítica tallada, desecho de talla y cerámica con pasta de arcilla roja.
En tanto que el sitio arqueológico denominado El Quetzal se integra por un conjunto arquitectónico, una estructura aislada y al menos diez concentraciones de materiales. Ahí se encontraron lascas de obsidiana, pedernal y andesita que dan cuenta del tallado de herramientas que se hacía en el lugar; y dentro del polígono generado del sitio había metates, manos de metate, puntas de obsidiana y lascas de desecho.
MAPIMÍ
El sitio arqueológico denominado El 24 consiste en los restos de un campamento estacional de grupos cazadores-recolectores dispuesto en un área de 10 hectáreas, donde se hallaron dos grandes concentraciones de materiales. A lo largo del terreno se apreció material arqueológico en superficie, en su mayoría integrado por lascas de diversa materia prima, además de puntas de proyectil y cerámica, y restos de lítica pulida.
En El Diamante se encontró un campamento base de grupos cazadores-recolectores de 15 hectáreas, sobre la margen norte de un pequeño río de temporal. El sitio se integra principalmente por diversos fragmentos de lítica como lascas de pedernal, herramientas, preformas de artefactos formales y lítica pulida, además de un posible horno o cocedor, dispuesto sobre el perfil norte del arroyo, elaborado en adobe. Por otro lado, se encontraron al menos 60 fogones en la zona oriental del sitio con diferentes tamaños.
La cronología del sitio arqueológico llamado La Lucha oscila entre el 1500 y el 800 antes de nuestra era, y consta de 10 concentraciones además de restos de fogones y fogatas en mal estado de conservación. Entre los materiales recolectados destacan puntas de proyectil, lascas y un par de cuentas de concha, así como una punta de finales del Periodo Arcaico.
A lo largo del sitio La Noria se observaron restos de artefactos dispersos, principalmente lítica tallada y pulida, además de cuatro concentraciones de materiales, evidencia de fogones y una zona con alineamientos elaborados con rocas basálticas a manera de terrazas, estructuras rectangulares y circulares.
Finalmente, el sitio El Pilar, fue definido como una concentración de lítica tallada altamente dispersa. Se encontraron cuchillos, lascas y puntas de proyectil de sílex blanco.
CUENCAMÉ
En el sitio llamado La Mesilla de la Cruz de Ocuila se encontraron pinturas en color rojo con figuras antropomorfas que presentan una actitud de levantar los brazos, con las piernas abiertas; y otras no fue posible reconocer su forma debido al grado de erosión. El lugar consiste en un abrigo cuyo techo y paredes contienen una capa negruzca, posiblemente derivada de humo.
En tanto que en Pedriceña se hallaron lascas de pedernal de diversos colores y raspadores del mismo material.
LERDO
El sitio San Jacinto consta de cuatro fogones de campamentos estacionales en una cavidad en el suelo, sobre el cual se prendió fuego usado como centro del campamento para calentar alimentos. No se encontraron artefactos completos.
Hacia el ejido Picardías, se registró el sitio del mismo nombre como asentamiento de cazadores-recolectores con fogones, talleres líticos y restos de cimentaciones, a lo largo de 324 hectáreas, aunque se piensa que el sitio puede tener una mayor extensión.
SÚCHIL
El sitio El Vado consta de cinco cimentaciones de construcciones prehispánicas, alrededor de las cuales se encontró desecho de talla y lítica pulida, y materias como andesitas y pedernales.
La Mesa de San Antonio es un sitio compuesto de un continuo de cimientos que sirvieron para hacer hasta cuatro habitaciones, al grado de que hace pensar a los investigadores que la zona tiene un potencial de investigación arqueológica, pues durante la visita al sitio se encontró obsidiana en superficie.
RIQUEZA
Dentro del municipio de Coneto de Comonfort se registró el sitio La Joya, ubicado entre los años 900 y 1200 de nuestra era, relacionado con la cultura Chalchihuites por los cimientos de patios, estructuras circulares, rectangulares y cuadradas de dos hiladas con accesos y escaleras. Un primer acercamiento permitió identificar en la cima del cerro 15 estructuras unidas a través de un entramado de patios y terrazas, donde se cree que también se encontraron posibles altares y tumbas individuales, morteros fijos y cerámica.
Hacia la porción norte de la entidad se registró el sitio Cocoyomes 1, dentro del municipio de Hidalgo, consistente en un campamento donde se localizaron siete pozuelos tallados en piedra con dimensiones poco comunes en esa región, material lítico tallado y pulido, además de algunos recipientes cerámicos muy deteriorados.
A unos kilómetros, en el municipio de Indé, se registró el sitio Cocoyomes 2, donde fueron encontrados morteros esculpidos en roca, lítica tallada, cuartos, patios o plazas, terrazas, altares, cerámica, cimientos y almacenes, a lo largo y ancho de casi seis hectáreas.
El sitio arqueológico Bajío de Milpillas se compone por cimientos de diversas estructuras elaboradas a partir de rocas sin cementante y concentraciones de materiales, complementados por acumulaciones de lítica tallada, pulida y cerámica sobre la cima de una loma alargada de aproximadamente tres metros de altura, en esta región del municipio de Mezquital.
Finalmente, uno de los sitios más recónditos fue encontrado en el Cañón del Baluarte, en un tramo de quebradas del municipio de Pueblo Nuevo y consiste en diversos entierros ubicados a partir del año 1521; es decir, a partir de la caída de Tenochtitlan.
El Cañón del Baluarte es un conjunto de cuatro cuevas de uso prehispánico que se encuentran dispersas. La primera cueva fue descubierta gracias al hallazgo de material arqueológico en superficie; la segunda está a nivel del río Baluarte y alcanza 10 metros de profundidad; la tercera se ubica en el lado norte del cañón y la cuarta a unos 10 metros.
Además de que se encontraron piedras pulidas, cerámica, algunas obsidianas, olotes de maíz y semillas, se localizaron entierros individuales, un cocedor, metates fracturados, fragmentos de probables huesos humanos largos y carbones.