
Hechos. Llegará a Netflix Las muertas, basada en la novela homónima de Jorge Ibargüengoitia.
Netflix ya alista una nueva serie que espera dejar huella.
Se trata de Las muertas, la primera serie de Luis Estrada (El infierno, La dictadura perfecta), insipirada en el caso de Las Poquianchis.
Dicho proyecto verá la luz en la plataforma el 10 de septiembre.
"Desde que leí la novela de Jorge Ibargüengoitia basada en Las Poquianchis quise hacerla", dice Luis Estrada en un comunicado.
En los años 60, dos hermanas ambiciosas convirtieron una red de burdeles en un imperio.
Lo que siguió fue una historia tan grotesca que solo podía ser contada como una sátira mexicana.
Basada en la obra maestra de Jorge Ibargüengoitia, Las muertas, la primera serie de Luis Estrada, es tan desmesurada como la realidad que retrata.
Respaldado por el equipo detrás de cámaras que siempre lo ha acompañado, Luis Estrada presenta Las muertas, una de las producciones mexicanas más ambiciosas de Netflix y que muchos fans ya esperan.
De inicio a fin, Las muertas cuenta con un gran elenco, encabezado por Paulina Gaitán y Arcelia Ramírez, a quienes acompañan Alfonso Herrera, Joaquín Cosío y Mauricio Isaac, entre muchos actores mexicanos.
A través de sus personajes, Luis Estrada nos ubica en el pueblo ficticio de Mezcala para contarnos, entre chachachá, desamores, sobornos y tequilas, la historia de las hermanas Baladro.
Las muertas, que estará conformada por seis episodios, se rodó en la Ciudad de México, Veracruz, Guanajuato y San Luis Potosí.
LA HISTORIA DE LAS POQUIANCHIS
A las hermanas González Valenzuela les llamaron las Poquianchis gracias a un travesti.
Cuando María de Jesús, María Luisa y Delfina comenzaron a manejar el bar La barca de oro en León, Guanajuato, la gente comenzó a relacionar el sitio con su antiguo dueño, un hombre que había decidido traspasar su negocio.
En 1964, dicho sitio saltó a los titulares de los periódicos porque en su interior se encontraron los cuerpos de 80 mujeres, 11 hombres y restos de niños menores de un año, descubriéndose además una red de trata de personas.
Durante dos décadas, las González Valenzuela secuestraron, engañaron y compraron adolescentes a familias humildes de campesinos, para llevarlas a su base y de ahí comenzar a prostituirlas. Las condiciones higiénicas eran deplorables, lo que causaba múltiples infecciones.
Las hermanas nacieron en El Salto, Jalisco, siendo hijas de un policía porfirista, quien dicen, las obligaba a ver las torturas que practicaba.
La detención de las tres mujeres se dio luego de que dos chicas lograron escapar.