
Escritor Saúl Rosales recibe homenaje por su trayectoria en la FIL Coahuila 2025
La tarde fue suya. En punto de las 16:00 horas de este jueves, el escritor lagunero Saúl Rosales (Torreón, 1940) apareció en la Sala Julio Torri del Centro Cultural Universitario de Arteaga, donde se efectúa la vigésima séptima edición de la Feria Internacional del Libro Coahuila (FILC). El motivo fue un homenaje que la propia feria le organizó bajo el título de Militancia Literaria.
El también colaborador de la revista Siglo Nuevo estuvo acompañado por el escritor Jaime Muñoz Vargas. Fue este último quien inició el diálogo e indicó que, desde su perspectiva, se trató del evento más importante de este encuentro literario, pues supuso un reconocimiento a una de las figuras escenciales de la literatura escrita en el norte de México.
Por su parte, Saúl Rosales preparó una lectura para la ocasión, cuyas primeras líneas afirmaron que la literatura le ha dado muchas y variadas satisfacciones a su espíritu, donde incluso ha sido objeto de atenciones, cortesías y amabilidad. Su intervención en la FILC también fue una de ellas.
Escritor de extenso trayecto y autor de múltiples libros de novela, cuento, poesía y ensayo, Saúl Rosales también habló de sus orígenes. Confesó que sólo cursó la educación primaria y que el libro que lo deslumbró fue América es mi patria, del yucateco Wilberto Cantón. Sus páginas lo deslumbraron, fueron maestras; le enseñaron el manejo de la palabra.
Jaime Muñoz compartió rasgos de la trayectoria de Rosales. Habló del paso del maestro por Ciudad de México y de su ingreso a la Fuerza Aérea. También de sus periodos como vendedor de libros, profesor de literatura, corrector de pruebas y editor de publicaciones. Además de su incursión como escritor, cuando ya contaba con cierta madurez, al momento de retornar a La Laguna.
En una serie de preguntas, Muñoz le consultó a Rosales en qué momento sintió la necesidad de dar el paso de lector a escritor. Rosales respondió que su inquietud por escribir fue temprana. Volvió a trasladarse a su niñez y la aparición en sus manos de la revista Selecciones. La recuerda como “una revista que parecía un libro”. Sus jóvenes manos hojeaban el ejemplar hasta llegar a sus últimas páginas, donde se albergaba una novela condensada. Sus ojos leían aquellas letras impresas en papel couché y también la semblanzas de los autores.
“Entonces leía que algunos se habían hecho escritores por voluntad, otros inducidos, pero que existía la posibilidad de hacerse escritor. En esa revista quizá fue donde descubrí que podía ser escritor”.
Así empezó a manejar, por medio de la intuición, el oficio de escribir. Su ingreso a la Fuerza Aérea fue capaz de despertar su imaginación. Sentía que vivía una vida distinta. Leía demasiado y eso le permitió estar al tanto del llamado Boom Latinoamericano.
Rosales se hizo amigo de alumnos que cursaban estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Eso también le sirvió para empaparse de nuevos autores y desarrollar la calidad de su escritura. No publicó en Ciudad de México. Al retornar a Torreón, cargo con algunos borradores e inició su carrera como autor en 1982.
En otro punto, el maestro expresó el fervor por sus grandes influencias. Habló de Miguel de Cervantes y de Sor Juana Inés de la Cruz. Así como de su afición por Ulises, de James Joyce, y otras obras más contemporáneas como La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa.
Al terminar la plática, Salvador Álvarez de la Fuente, subsecretario de Cultura de Coahuila y director de la FILC 2025, le entregó un diploma a Saúl Rosales.