
ESPECIAL
El espacio exterior es un lugar repleto de estructuras tales como galaxias, estrellas, satélites, planetas y demás maravillas que si no hubieran sido por astrónomos e investigadores de hace siglos, no tuviéramos idea del gran universo que nos rodea.
Dentro de nuestro Sistema Solar hay planetas que contrastan mucho con la Tierra; uno de ellos siendo Neptuno, cuyo volumen es 58 veces más grande que el de nuestro planeta y está principalmente compuesto por hidrógeno y helio, lo que lo hace inhabitable para nuestra especie.
Además, es muy famoso por el distintivo color azul de su superficie; sin embargo su descubrimiento tiene una historia interesante que nos pone a reflexionar sobre el impacto de los avances de la física, las matemáticas y la astronomía.
¿Quiénes descubrieron Neptuno?
Desde el descubrimiento de Urano, varios astrónomos notaron que su órbita mostraba inconsistencias gravitacionales, lo que sugería que algo estaba afectando su trayectoria.
En 1841, un joven matemático inglés llamado John Couch Adams se propuso investigar la causa de este fenómeno. Utilizando las observaciones de Urano y las leyes de la gravitación de Newton, Adams teorizó que la órbita irregular de Urano podría estar siendo influenciada por la presencia de un planeta desconocido.
A partir de esta suposición, comenzó a calcular la ubicación exacta del "supuesto" astro. En 1845, Adams predijo con gran precisión el lugar en el que debería encontrarse este nuevo mundo, pero no contaba con los instrumentos para comprobarlo.
Hubo otros astrónomos interesados en el misterio que por su lado estaban haciendo investigaciones; siendo el más importante el matemático francés Urbain Le Verrier, quien en agosto de 1846 al conocer los cálculos hechos por Couch Adams, confirmó con sus propias teorías que el planeta desconocido debía ubicarse en la constelación de Acuario, en una órbita más alejada de Urano. (Aunque, actualmente, Neptuno se encuentra cerca de la constelación de Piscis; ya que con el paso del tiempo, las posiciones de los planetas y las constelaciones cambian debido a los movimientos cósmicos.)
Sin embargo, cuando Le Verrier presentó sus resultados, muchos de sus colegas del Observatorio de París no tomaron en serio sus hipótesis. Ante esta falta de apoyo el 18 de septiembre de 1846, Le Verrier le escribió una carta al astrónomo alemán Johann Gottfried Galle; en esta le pidió realizar observaciones telescópicas en el Observatorio de Berlín indicándole en qué parte del firmamento posiblemente se encontraba el planeta.
La carta fue recibida por Galle el 23 de septiembre, quien, ese mismo día, junto con su asistente Heinrich d'Arrest, observaron detenidamente el cielo. A tan solo unos pocos grados de la posición predicha por Le Verrier, descubrieron el octavo planeta de nuestro Sistema Solar, al que llamaron Neptuno.
El descubrimiento de Neptuno no solo representó un triunfo para la teoría de la gravedad de Newton, sino que también demostró el poder del cálculo matemático en el avance de la ciencia, confirmando que los principios matemáticos podían predecir la existencia de cuerpos celestes aún no observados.
¿Cuál es la importancia de Neptuno dentro de el Sistema Solar?
Neptuno desempeña un papel crucial en la estabilidad del Sistema Solar. Su gran masa y fuerte campo gravitacional ayudan a mantener en equilibrio las órbitas de los planetas.
Sin la influencia gravitacional de Neptuno, los planetas podrían desestabilizarse, salirse de sus órbitas y en un escenario extremo, incluso ser expulsados del Sistema Solar.