
¿Cada cuánto debes cambiar tus almohadas y por qué?
Dormimos un tercio de nuestra vida, pero pocas veces nos detenemos a pensar si nuestras almohadas siguen siendo adecuadas. Expertos en salud del sueño recomiendan cambiarlas cada uno a dos años, incluso si externamente se ven en buen estado.
De acuerdo con la National Sleep Foundation, las almohadas se deterioran con el uso constante: acumulan ácaros del polvo, sudor, piel muerta y bacterias que no siempre desaparecen con el lavado. Además, con el tiempo pierden su forma y dejan de ofrecer el soporte adecuado para el cuello y la cabeza, lo que puede provocar dolor cervical o interrumpir el sueño reparador.
“Una almohada que ya no proporciona soporte adecuado o que está visiblemente manchada debe reemplazarse. No es solo cuestión de comodidad, sino de salud”, explica la National Sleep Foundation en su guía sobre higiene del sueño.
¿Cómo saber si ya es hora de cambiarla?
-Si al doblarla por la mitad no recupera su forma.
-Si despiertas con dolor de cuello o cabeza.
-Si tiene manchas visibles, mal olor o se siente apelmazada.

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El estudio más reciente de la Profeco revela cuáles son las opciones más confiables para mantener seco y protegido a tu bebé¿Y si es de memory foam o plumas?
Las almohadas de espuma viscoelástica (memory foam) pueden durar hasta 2 o 3 años, mientras que las de plumas suelen resistir un poco más, hasta 5 años con cuidados especiales como aireación frecuente y lavado profesional.
Para prolongar la vida útil de cualquier almohada se recomienda usar fundas protectoras, airearlas con regularidad y lavarlas según las instrucciones del fabricante cada 3 a 6 meses.
Dormir bien empieza por lo básico: si tu almohada ya no cumple su función, es momento de decirle adiós.