
Giorgio Armani aplaude a la multitud durante la presentación de la colección otoño-invierno 2023-2024 en el Milan Fashion Week. Foto: especial
La firma italiana de lujo Armani cumple este jueves medio siglo desde su creación, consolidada como uno de los gigantes indiscutibles del diseño mundial y con su fundador, el incombustible "rey Giorgio", siempre al frente de este gran embajador de la elegancia italiana.
A sus 91 años, Armani no solo es un ícono del estilo, sino también uno de los pocos y exitosos diseñadores que ha sabido mantener el equilibrio entre la visión creativa y el liderazgo empresarial.
Mientras la mayoría de las casas históricas han sido absorbidas por grandes conglomerados internacionales, Armani sigue fiel a sí mismo y a la filosofía con la que comenzó en su taller en Milán (norte) en 1975 junto a su socio Sergio Galeotti, fallecido hace ya cuatro décadas: sobriedad, funcionalidad y elegancia atemporal.
La chaqueta que cambió las reglas del juego
Fue en los años 70 cuando su 'chaqueta desestructurada' cambió las reglas del juego: con ella rompió con la rigidez de la moda masculina e introdujo una nueva silueta para una mujer más funcional, moderna y segura de sí misma.
"Dio a la mujer trabajadora un estilo inspirado en el hombre pero femenino, mientras que hizo el look masculino más cómodo y relajado", explica a EFE Stefania Saviolo, experta en marcas de lujo y profesora en la Universidad Bocconi de Milán.
Armani también fue pionero en tender puentes entre la moda y el cine de Hollywood, convirtiéndose en uno de los primeros diseñadores en utilizar el 'product placement' o colocación de producto, como herramienta estratégica, vistiendo a actores en películas y en alfombras rojas.
Desde entonces, estrellas como Jodie Foster, Helen Mirren, Cate Blanchett, Naomi Watts o Amanda Seyfried han paseado sus creaciones por los eventos más importantes de la industria.
Un legado más allá de la moda
Dueño de un estilo sobrio, funcional y atemporal, Armani no solo es un emblema de la elegancia italiana, sino también un caso único de éxito empresarial en la moda contemporánea.
"Representa esa síntesis virtuosa entre creatividad, industria textil y cultura empresarial italiana", explica Saviolo.
A lo largo de estas cinco décadas, Armani ha construido mucho más que una marca de ropa. Ha desarrollado un universo completo: desde su línea de alta costura Armani Privé hasta las más accesibles Emporio Armani y Armani Exchange, pasando por fragancias, muebles, hoteles y diseño deportivo.
"A diferencia de las marcas francesas centradas solo en la marroquinería y la belleza, Armani ha sabido interpretar un estilo de vida en diferentes categorías", apunta la experta.
Más allá de su fortuna personal -estimada por Forbes en más de 11.000 millones de dólares, lo que lo convierte en el multimillonario más rico de la moda italiana y el tercer hombre más rico de Italia-, Armani ha dejado una huella profunda en la cultura empresarial.
"Disciplina, innovación constante y fidelidad a una visión personal, pero atenta a la evolución del mundo", resume la profesora de la Bocconi, una de las principales universidades europeas especializada en economía y finanzas.
Una historia única para un creador único
"Giorgio Armani es único porque es el resultado de una historia única", según Saviolo.
Nacido en Piacenza en 1934, se trasladó a Milán para estudiar Medicina y convertirse en cirujano, aunque terminó siendo un estilista. Armani nunca fue un sastre clásico, ni un artista bohemio: fue, desde el inicio, un diseñador-empresario, con la mirada puesta en el producto, en el mercado y en las personas.
Hoy, a los 91 años y con una salud más frágil, Giorgio Armani no solo continúa siendo el alma de su empresa, sino también el último gran independiente del lujo, sin haber designado aún un sucesor definitivo.
Una de sus frases más recordadas, recogida en el documental de Martin Scorsese Made in Milan, resume su filosofía: “Un centímetro de tejido desviado del pie debajo de la mesa significa un gesto irreverente hacia quien ha trabajado con tanta atención”.
Considerado por muchos el mayor embajador del "Made in Italy" y el "rey" de la moda, su sensibilidad visual, su ojo clínico para los tejidos y su obsesión por el detalle le permitieron construir una marca con voz propia que le convirtió en símbolo vivo de una industria que ayudó a transformar.
Medio siglo después de su fundación, no solo sigue siendo relevante: Armani sigue siendo Armani.