
5 animales que se “emborrachan” a propósito y tal vez no sabías ¿Cómo lo logran?
¿Sabías que no solo los humanos buscan los efectos del alcohol? Desde polillas hasta elefantes, varias especies del reino animal han sido vistas consumiendo sustancias naturales fermentadas que pueden llevarlos al estado de embriaguez. Pero, ¿por qué lo hacen? ¿Qué significa esto para nosotros como sociedad moderna?
La idea de un animal ebrio puede sonar graciosa, pero detrás de estas historias hay observaciones científicas, implicaciones ecológicas y sorprendentemente paralelismos y similitudes con la conducta humana.
Aquí te compartimos algunos animales que pueden embriagarse.
¿Qué animales se emborrachan?
1. Polillas y su pasión por la cerveza
Las polillas no solo aman la luz, también se sienten irresistiblemente atraídas por la cerveza rancia. Esta peculiar afición ha llevado a técnicas de observación como el "wine roping", que consiste en colgar cuerdas empapadas de vino para atraerlas. En Reino Unido, se han registrado más de 40 nuevas especies migratorias que han llegado usando estas "trampas alcohólicas".
Un consejo de los científicos para atraerlas es formar una pasta mezclando cerveza, azúcar morena y plátano para después aplicarla en algunos árboles. Verás como una multitud de polillas invadirán el sitio.
2. Alces y manzanas fermentadas
Varios alces han sido encontrados tambaleándose o atrapados en manzanos después de ingerir frutas fermentadas. Aunque su gran tamaño hace improbable una embriaguez con pequeñas dosis, científicos como Petter Kjellander sostienen que algunos podrían tener intolerancia genética al alcohol, lo que explicaría su comportamiento errático.
Un caso muy sonado fue el de un alce atascado en un árbol de Suecia en 2011, el cual probablemente se emborrachó comiendo manzanas que se fermentaban en el suelo.
3. Elefantes: ¿mito o realidad?
Se dice que los elefantes son los más borrachos del reino animal desde hace décadas, puesto que algunos entrenadores de elefantes recompensaban a los animales con cerveza u otras bebidas alcohólicas. También se creyó que los elefantes no podían emborracharse con fruta fermentada, sin embargo estudios recientes indican que podrían tener una bajísima tolerancia al alcohol por la ausencia de una enzima metabolizadora, esto de acuerdo a un estudio de la revista Biology Letters.
En Botsuana donde los árboles de marula son abundantes (fruta africana parecida a una uva), la fermentación podría bastar para "alegrar" a estos mamíferos paquidermos.
4. Monos con hábitos de bar
Investigaciones con macacos rhesus revelaron que, los más jóvenes y los que viven solos, tienen una mayor inclinación a consumir alcohol mezclado con agua azucarada. Un 20% prefería el "cóctel" antes que el agua sola.
Los monos verdes nativos de África, durante cerca de 300 años vivieron en un entorno lleno de plantaciones de caña de azúcar las cuales ya fermentadas fueron una golosina para los monos. Esto los acostumbró al etanol del zumo de caña creándoles el gusto y una tolerancia al alcohol.
5. Delfines y peces globo: ¿drogas marinas?
Aunque no está científicamente comprobado, reportes y documentales como Dolphins: Spy in the Pod sugieren que ciertos delfines manipulan peces globo para obtener pequeñas dosis de tetrodotoxina, una sustancia tan potente que podría inducir un estado alterado. En 1995, la científica marina Lisa Steiner aportó la primera descripción de este comportamiento peculiar cerca de las islas Azores.
Otros científicos como Christie Wilcox creen que es más una cuestión de curiosidad animal que de placer tóxico intencional, ya que esta afirmación sobre que los delfines se drogan es controvertida al no existir más reportes o estudios que avalen este planteamiento.
¿Por qué se embriagan los animales?
Los científicos plantean que el consumo de etanol en animales tiene beneficios naturales: energía rápida, detección de alimentos, o incluso propiedades medicinales. Sin embargo, también se ha observado que estos comportamientos pueden causar desventajas evolutivas como menor coordinación, accidentes o malas decisiones de apareamiento.
Lo que parece solo una curiosidad del reino animal puede hacernos reflexionar sobre nuestras propias decisiones. ¿Por qué buscamos ciertas sensaciones? Observar el comportamiento de otras especies quizá nos ayude a entendernos un poco más como humanos.