LAS MASCOTAS Y EL SUICIDIO
Tal vez parezca un poco extraño el tema del suicidio en las mascotas, pero incluso se han escrito libros al respecto. La primera vez que leí sobre el tema me pareció algo fuera de lo común, hasta que se presentaron algunos casos, afortunadamente no es muy común este problema, pero lo he visto en dos ocasiones en cuarenta y seis años que llevo en la clínica de las pequeñas especies.
Al hablar de suicidio en perros, no nos referimos a que se interpongan frente a un vehículo en movimiento, o algo parecido, simplemente dejan de sentir amor a la vida y mueren sin manifestar algún signo de enfermedad.
Realmente lo primordial del tema no es el suicidio, sino la causa por lo cual lo hacen, ahí lo importante para evitarlo.
Hay quienes dudan aún si un perro es inteligente o cuentan con sentimientos, esa es la causa principal de la muerte de las mascotas, sus sentimientos, cuando se les abandona, o el hecho de sentir que ya no forman parte de la familia, pierden todo interés a seguir con vida.
Se preguntarán, porqué causa no muere gran cantidad de perros callejeros que no tienen quién cuide de ellos, es muy diferente, precisamente es todo lo contrario con ellos, la ley del más fuerte en la naturaleza, el instinto de supervivencia, mantiene los deseos de vivir y de luchar para aferrarse a la vida en la fauna silvestre.
Cuando un cachorrito llega a un hogar, y es el centro de atención de la familia, su vida continúa así durante años, realmente él siente que es parte de ellos, y por lo tanto se cree un niño, y por la forma en que se da a entender y se relaciona con la familia no se equivoca, es casi humano, repentinamente la familia necesita salir de la ciudad con urgencia, y optan por llevarlo a pensión con el veterinario, no solamente se encargará de su alimentación sino de su salud que es lo principal, pero qué sucede si es una mascota que jamás ha salido de casa, que esta acostumbrada a una alimentación especial, el perro entrará en un estado de estrés, que dejará de comer y entrará en un estado de depresión, sus defensas se vendrán abajo, se presentarán enfermedades oportunistas, gastrointestinales, respiratorias, aparentemente su estado de salud es normal, pero emocionalmente está viviendo un espantoso infierno, de la noche a la mañana su vida cambia totalmente.
La primera vez que vi un caso fue el de "Pepito", un perrito Dash hound, de doce años de edad, era el rey de la casa, de un matrimonio estadounidense de la tercera edad, recuerdo que me hablaron por que lo notaban triste e inapetente, aparentemente todo se encontraba normal, le tomaría unas muestras para estudios de laboratorio, lo llevé a la clínica y se quedaría una noche, al día siguiente "Pepito" amaneció sin vida, con la misma posición en que lo deje el día anterior, con su nariz recargada en la puerta de la jaula, como resignado a que estaría toda una eternidad encerrado.
Fue un golpe muy duro para sus dueños, quiénes comprendieron la situación con sensatez, naturalmente que no todos reaccionan de la misma manera, y lo entendemos, ya que la mascota se recibe en buen estado de salud aparente, y al cabo de unas horas fallece.
Otro paciente fue una labrador de 8 años, fue a pensión durante unas semanas, todos los días salía a pasear muy contenta y comía muy bien, pero los últimos dos días de vida, dejó de comer y sin presentar algún signo de enfermedad, solo tristeza, falleció.
Solamente quien ha vivido estas experiencias, puede comprender que realmente existen los sentimientos en los animales, emociones que solamente se desarrollan con los cuidados, el afecto y el amor como el que se le da a un ser querido, o a una mascota.