Obispos Mexicanos reconocen a la mujer en el crecimiento de la sociedad y de la iglesia; llaman a valorarlas, respetarlas y promover su dignidad
En el marco del Día Internacional de la Mujer, los obispos de México, reconocieron su invaluable contribución a la iglesia y a la sociedad.
En su mensaje, recordaron las palabras del Papa Francisco:
Como nos recuerda el Papa: “La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones”.
Este reconocimiento, señalaron se fundamenta en la Sagrada Escritura, donde se encuentran numerosos ejemplos de mujeres valientes, sabias y fieles, como María, Madre de Jesús, María Magdalena, Judit y Ester.
En el contexto actual de México, marcado por desafíos sociales, económicos y políticos, mencionaron que es crucial reafirmar el papel esencial de la mujer en la construcción de una sociedad más justa, fraterna y solidaria. “Como nos enseña San Juan Pablo II en su carta apostólica Mulieris Dignitatem, ‘la mujer tiene un papel único y decisivo en la vida, no sólo de la familia, sino también en la de la entera sociedad’”.
En dicho mensaje “Alentamos a todas las mujeres a seguir el ejemplo de María, quien con su ‘Sí’ al plan de Dios, se convirtió en madre y discípula, mostrando así el camino de la fe y el servicio”.
Es por ello que también hacen un llamado a la sociedad mexicana a que a valore, respete y promueva la dignidad y los derechos de las mujeres, superando toda forma de discriminación y violencia.
Consideran también que esa igualdad fundamental debe traducirse en oportunidades equitativas en el ámbito laboral, educativo, político y eclesial.
“Encomendamos a todas las mujeres a la protección maternal de la Virgen María de Guadalupe, y pedimos al Espíritu Santo que siga suscitando en ellas los dones de fortaleza, sabiduría y caridad, para que sean fermento de transformación en nuestra patria”, firman el documento, Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, Nuevo León y presiente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
