Hace unas semanas se registró una riña afuera del Territorio Santos Modelo, que derivó en una tragedia, con una persona muerta y varios lesionados. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Riñas entre aficionados que terminaron en tragedia, peleas entre vecinos por cuestiones irrelevantes y hasta automovilistas liados a golpes en plena vía pública, fueron algunos de los eventos que acapararon la atención de la sociedad en las primeras semanas del este 2024.
Los expertos señalan que aún son parte del encierro vivido durante la pandemia del covid-19, así como por presiones económicas y emocionales e incluso son ecos de la violencia vivida hace más de una década en la región Lagunera.
Para el psicólogo clínico, José Antonio Miranda Hernández, los hechos violentos de las últimas semanas obedecen a una serie de factores que se unen para que ocurran estos fenómenos ya mencionados.
Uno de ellos es "la violencia como medio para resolver los problemas". Explicó que hoy en día, la sociedad está acostumbrada a pensar que la violencia es una situación normal. "Y que si alguien te agrede lo más común o lo que más se espera es que te defiendas con el argumento de que el más fuerte es el que sobrevive, de hecho, es premiado que una persona no se deje de una agresión proferida por algún otro", explicó.
Ejemplo de ello dijo, es el caso de un padre de familia que violenta a su pareja, solo "porque es su derecho, la madre al hijo por la misma razón y el hijo a la mascota, en el entendido que lo importante es ejercer el poder y 'no dejarse'".
Otro punto es, los efectos de la pandemia por el covid-19, aunque aclaró que no es una la causa. "Si bien es cierto que no es una causa, es un detonante de sentimientos y conductas que se guardaron durante mucho tiempo y que hace eclosión al momento de salir del encierro. Es cierto que el encierro fue de hace algunos años, pero los efectos psicológicos todavía los podemos observar", recalcó el especialista.
Y en un tercer punto o facto, son las presiones económicas y emocionales. "Es el hecho de que en la actualidad tanto las presiones económicas, emocionales y la esperanza en un futuro prometedor cada vez parecen más escasas, aunado a un bombardeo de la necesidad de experimentar placer inmediato y que todo se gana con absoluta facilidad, hace que nuestras esperanzas las depositemos en un equipo, imagen e identidad de la región, por cierto, con muy malos resultados últimamente, hace que la frustración llegue a su máximo y se desencadenen estos sentimientos". En ese sentido, coincide la investigadora de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), María del Carmen Flores Ramírez, en el sentido de que hoy en día la sociedad tiene esa necesidad de vivir de forma rápida, sin disfrutar los momentos que la vida presenta.
"Parte es el momento histórico que vivimos como sociedad, parte es esa desarticulación que estamos teniendo dentro de nuestros tres ejes primordiales de comportamiento que vienen siendo, como lo dice Lev Vygtski no lo digo yo, los tres ejes primordiales que tenemos como sociedad, primero es la familia, después es la escuela y finalmente es el contexto en donde estamos insertos, y tenemos una necesidad imperante de vivir muy rápido. Pensamos y estamos en función del tiempo, sin disfrutar el momento de vida como se nos presenta", explicó.
Y agregó: "Ha habido signos muy puntuales en la historia que llevamos ahorita de nuestro país, uno de ellos si nos remontamos, son los momentos que hemos estado de crisis, como son las guerras, las guerrillas y en este momento histórico son los movimientos migratorios que están muy al borde y en el filo de una hecatombe porque el día de hoy se pronunciaron en la frontera con México en contra de las personas que llegan, los migrantes".
RECOMENDACIONES
Ante tal panorama, el psicólogo recomienda educar a las familias desde un modelo que la violencia no sea la manera de resolver las cosas, "enseñándolos a negociar, dialogar y llegar a acuerdos. Pero estamos a muchos años de distancia de eso, porque nuestros modelos: deportistas, políticos, actores resuelven las cosas de la misma forma y es lo que vende en las redes sociales", dijo.
Incluso, recordó que desde el año 2008, comenzó una época de violencia extrema en La Laguna, "experimentamos un estrés postraumático que no hemos podido identificar y que cada vez más los hechos violentos al interior de las familias y en eventos masivos, se van a seguir manifestando desafortunadamente, un simple dato: la enorme cantidad de suicidios en La Laguna nos da cuenta de eso", recalcó Miranda Hernández.
Insiste en que es necesario que se trabaje más en la inteligencia emocional entre las nuevas generaciones: casa, escuela, trabajo para que se aprenda a manejar mejor la frustración, el enojo y la tristeza, y no sean un diario vivir los eventos, de los que se ha venido dando cuenta.
