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En Edison, Nueva Jersey, el alcalde advirtió que enviaría a los migrantes de regreso a la frontera en caso de que llegaran a su ciudad en autobuses. En Rockford, Illinois, las autoridades indicaron que los 355 migrantes que arribaron a bordo de un vuelo chárter no se quedarían allí.
Los intranquilos funcionarios de los suburbios y ciudades de la periferias de Chicago y Nueva York le han dado la espalda a los migrantes procedentes de la frontera sur en medio de los intentos por evitar las restricciones a los autobuses que se implementaron en esas dos ciudades. Con ello, se abre un nuevo frente en respuesta a los esfuerzos que encabeza el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, por pagar para que los migrantes salgan de su estado.