
Yadi Camara, sonido directo desde el corazón de África
Carga su baláfono en un estuche negro. Es un instrumento idiófono, con teclado de madera, ancestro de la marimba. Yadi Camara está a punto de dar un taller de percusión africana en un local ubicado sobre el Paseo de la Rosita. También se prepara para ofrecer un concierto en la ciudad. El oriundo de Guinea-Conakri es sonido y ritmo en sus respuestas, portador de una tradición ancestral en sus palabras.
Cuando piensa en el sonido de su país, en su mente se dibujan baláfonos, tambores y los cantos de su gente. La música que interpreta forma parte de una herencia que permea las fronteras de los siglos. Él mismo pertenece a una sexagésima segunda generación.
“Es una historia larga. La música más antigua viene de generación en generación. Es como de padre a hijo, de padre a hijo. Antes de nosotros, de mi papá, venían mis tatarabuelos. La música la dejan a sus hijos hasta llegar a nuestra generación. Puedo decir, hasta ahora, nosotros somos la 62 generación”.
En Guinea no se aprende la música, se nace con ella. Los niños se encuentran en medio de la musicalidad de sus familias, aprendiendo el arte de oído, sin una instrucción académica. Su familia pertenece a la etnia susu, parte de los pueblos mandé, y ejercen como griots, narradores de historias musicales.
“Yo no elegí el baláfono. Más bien es que mi familia… mi papá (Alkhaly Camara “Balkhaly”) es balafonista, uno de los mejores balafonista en Guinea y en África. Obviamente, yo tenía que estar ahí, como para tener ese legado. Aprendí con él”.
Según Yadi Cámara, el baláfono es uno de los primeros instrumentos que se inventaron en África. Su sonido emerge al golpear unas tablillas rectangulares de madera afinada (generalmente veinte), con dos mazos acolchados. Sus resonadores, colocados debajo del teclado, son calabazas de lagenaria siceraria. En palabras del músico, tiene un timbre suave y dulce, similar al de un arpa, quizá por eso logra llegar al corazón de la gente.
Amor por México
Llegó al país en 2010, tras la invitación de un alumno mexicano que tuvo en Guinea. “Llegué aquí por la música”.
Actualmente, reside en Monterrey, pero pasa poco tiempo en casa. Su itinerario se comprende de viajes y presentaciones, de diálogos y acercamientos con personas interesadas en la tradición africana impregnada en la música latinoamericana.
“Puedo decir que la música tradicional africana es la base. Todo viene ahí adentro. Como ya he tocado con algunos músicos aquí, la comparto con ellos”.
De los sonidos que ofrece México, el son jarocho es el que más le llama la atención. Veracruz es uno de los estados del país que cuentan con mayor número de herencia africana. Por eso, cuando Yadi Camara llegó por primera vez al puerto y escuchó el son emanado de la marimba, la jarana, el requinto, el bajo y el zapateado, comenzó a bailar, pues aquello le pareció similar a una fiesta tradicional de Guinea.
“Hay algo similar en eso, hablamos en el mismo lenguaje. Ellos no hablan susu, mi dialecto, y yo no entiendo mucho español, pero en la música nos entendemos”.
Dice que no busca nada musicalmente, que la música es parte de sí mismo, su vida, y por ende no la puede dejar. Se dedica a componer, pero también abre paso a la improvisación cuando se da el momento fortuito. “La música, para mí, es la vida y puedo definiría en tres palabras: amor, compartir y vivirla”.
Yadi Cámara trata de disfrutar los escenarios, de estar libre. Su música funge como ventana a través de la cual se puede apreciar otro rostro del continente africano, aquel cuyos rasgos se componen en las raíces culturales de su origen.
Esa es la razón por la que imparte talleres. En este caso, ofreció un curso de danza dun dun que durará todo el fin de semana. Mientras Yadi Cámara canta en su dialecto natal susu y ejecuta su baláfono, sus alumnos bailan sobre la duela de madera y derrochan energía tocando los míticos tambores dun dun y yembés.
“Este taller de danza dun dun es para que la gente vea otra parte de África, porque la gente la ve en la tele y piensa que solo son animales. Pero hay más cosas como cultura y aprendizaje, porque allá se trata de compartir, no de competir. Entonces, es esa parte, me gusta compartir eso. La gente lo recibe con mucho amor, todo eso”.
Además de ejecutar el baláfono, Yadi Camara también toca otros instrumentos como la guitarra, el piano y las percusiones. Encabeza proyectos como Yami Camara World Music Band, donde canta susu, en español y en francés. Sus letras hablan de la vida, del amor y otros temas, en mezclas entre las músicas modernas y el legado de su baláfono.
Sobre Guinea
La República de Guinea, llamada también Guinea Conakri, es un país de África Occidental. Alberga una población de trece millones 269 mil personas y tiene su capital en la ciudad de Conakri. En su territorio de 254 mil 857 kilómetros cuadrados, conviven 24 grupos étnicos. Se independizó de Francia en 1958, por lo que su idioma oficial es el francés, pero también se hablan dialectos como el susu, el fula y lenguas maninka.