En seis juegos, los Cañeros de Los Mochis se coronaron campeones de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) de la temporada 2022-23, al derrotar el sábado pasado a los Algodoneros de Guasave, que quedan como subcampeones.
Que bueno por sus respectivas aficiones, no solo porque sus equipos tuvieron una participación relevante a lo largo de la postemporada, que resultó estupenda y brindó grandes emociones, sino porque se trata de dos plazas de las llamadas "chicas", localizadas además en la misma región, separadas geográficamente por solo 50 kilómetros. Los hoy campeones Cañeros de Los Mochis tenían exactamente veinte años (desde 2002-03) sin alcanzar el gallardete, y Guasave lleva ya más de medio siglo (desde 1971-72) sin obtenerlo.
Seguramente como en los demás deportes, en el beisbol los circuitos -en particular los profesionales- deben en conjunto ser altamente competitivos, con integración de sus participantes lo más equilibrada posible; obviamente sin que ello sea resultado de alguna simulación o engaño. Por supuesto que no.
La afición se desalienta si su equipo siempre o casi siempre es sotanero. Es cierto que se debe ir a los estadios a disfrutar buen beisbol y no precisamente a ver siempre ganar al equipo de casa, pero tampoco a verlo perder (casi) todo el tiempo.
Por eso siempre merecieron universal reconocimiento las fieles aficiones de los Cachorros de Chicago y de los Medias Rojas de Boston, que a pesar de sus respectivas sequías de 108 y 86 años sin ser campeones, ahí estuvieron siempre presentes, incluso por generaciones, alentando a sus equipos, sin perder jamás la fe en superar algún día las llamadas "maldiciones" del Bambino y de la famosa Cabra, explicaciones bobas muy típicas de los gringos, pero que en algo sedaban el dolor que les producía no ver a sus grandes estrellas -que siempre las tuvieron- coronarse campeones.
Algo parecido está sucediendo con nuestro Unión Laguna, cuyo último campeonato data de 1950, es decir, hace ya ¡72 años! Y sin maldición alguna a la cual culpar. Bueno, quizá sí pudiera haber una, pero no la voy a mencionar, para que luego no se utilice como pretexto. Lo que la gran afición lagunera quiere, espera, anhela, desea es un campeonato ¡ya!
De las plazas históricas de la Liga Mexicana de Beisbol, La Laguna es la que tiene la más prolongada sequía en la obtención de un campeonato. Por la calidad de la afición de la Comarca al deporte rey, francamente esto no es justo.
