Una nueva entrega de la vida y vicisitudes del gran chocolatero llamado "Willy Wonka", que en esta ocasión nos acercamos a lo que sería su historia de origen, los motivos que lo llevaron a ser considerado el mejor creador de chocolates, así como su vida de lucha por ser el mejor lo fue llevando a disfrutar de los triunfos y a la frustración de ver que sus proyectos se estrellan contra las circunstancias, sus rivales comerciales y el motor que puede ser la fe en uno mismo.
Esta película realizada por el director británico Paul King, quien ha sabido llevar historias de fantasía como los dos filmes del oso Paddington, por lo que su aporte a Wonka se apega al buen manejo del talento actoral, al seguimiento de un buen guion y a envolvernos en un mundo fantástico, con ciertos toques de comedia negra, de lo grotesco y de la criticas a las instituciones que en lugar de fortalecer a la sociedad, la desvirtúan y hasta manejan para aprovecharse de los demás con tareas que nunca concluirán porque, como en la película, todos ya tenemos una deuda que nosotros nunca fuimos responsables de ésta.
La historia se basa en el personaje creado por esa fuente inspiración y de buenos dividendos en las pantallas y en las librerías que es el escritor galés Roald Dahl, quien escribió Charlie y la Fábrica de Chocolate, Matilda, Las Brujas, James y el Durazno Gigante, entre otros. Por ello es un referente de historia llenas de fantasía y de cómo aquello que es extraordinario se confronta a lo ordinario, que es muy valorado en la sociedad.
Siguiendo esta tradición de parte de su creador, King junto Simon Farnaby, realizaron la historia del origen de Wonka, de cómo llegó a convertirse en el creador de los dulces maravillosos que no solo endulzan el paladar, sino que ayudan a la vida de las personas que lo necesiten, aquellos que tienen sueños frustrados, baja autoestima o son relegados por esta normatividad en la sociedad, por eso este personaje es perseguido, porque "ama a la libertad" y por ello no puede ajustarse a las reglas que rigen el entorno.
El desarrollo de la historia podría ser muy predecible, ya que esta es la tercera ocasión (aunque también deberíamos de contar las veces que ha sido parodiado) en que nos acercamos a Wonka. La primera ocasión fue en 1971, el filme dirigido por Mel Stuart y que tuvo en su papel principal al enorme Gene Wilder (el Wonka de los memes para mayor referencia), posteriormente llegó en 2005 una versión más oscura de la mano de Tim Burton y su actor fetiche-álter ego-hermano de otra madre-su "al que siempre tendré en primer lugar de mis opciones de casting" Johnny Depp. Ahora llega el actor que está siendo referencia de la irrupción de una nueva generación de talento, con otro tipo de recursos, como lo es Timothée Chalamet (algunos ya no lo soportan porque lo vamos a ver hasta en la sopa en los próximos meses).
Y si, como esta es una época de llevar a la familia al cine, esta historia es un musical, muy cercano a los espectáculos de Broadway, con un gran despliegue de talento y de vigor por parte de bailarines, cantantes, actores y que en este sentido Chalamet no desmerece, sale muy bien librado y hasta con posibilidades de seguir subiendo sus bonos para realizar el proyecto que el quiera.
Pero además, el reparto tiene a actrices de la talla de Doña Olivia Colman, quien papel que le dan lo hace tan personal que a veces la amas, a veces la odias, pero no pasa desapercibida, es un cumulo de matices lo que la convierten en unas de las referencias de la actuación británica y de mundo, así como Sally Hawkins, quien ya había trabajado con King en sus películas de Paddington. Pero también en cuanto actores, Hugh Grant hace un Oompa Loompa de gran nivel, a pesar de la dificultad de interpretar al personaje que más se recuerda dentro de esta historia, luego obviamente de Wonka. Rowan Atkinson, recordado como Mr. Bean, hace el papel de un sacerdote que comanda a unos monjes Chocatolicos, en una critica directa a este culto que, trata critica la paja en el ojo ajeno, pero esconda la viga que trae en su mirada desde hace varios años.
Y también hay que destacar las actuaciones tanto de los villanos como de los personajes que ayudan a Wonka a realizar su sueño, que más allá de la clásica pelea entre el bien y el mal, se convierte en el tratar de romper con lo establecido, dando pie a que lo diferente sea no solo parte de la vida, sino que sea la misma vida vista con estos anteojos, que le hacen mucha falta a una sociedad globalizada que se ha hecho más cínica, poco indolente con el otro y que aborrece todo aquello que sea extraño.
Wonka tiene muchas posibilidades para los premios en cuanto a lo técnico y a lo de musicalización, así como de canción, pero lo más seguro será que no sería extraño volver a ver a Chalamet de nueva cuenta con el sombrero de copa.
