México es autosuficiente en producción de maíz blanco sin transgénicos. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Industriales de la masa y tortilla consideran positivo que a partir de 2024 se prohíba el maíz transgénico y glifosato en la elaboración de este alimento; sin embargo, demandan la intervención del Gobierno federal para frenar la especulación en el costo del maíz blanco, el cual se encuentra fuera de control y repercute directamente en el precio final al consumidor.
El 90 por ciento de la tortilla que se vende en La Laguna es de maíz nixtamalizado, a diferencia de otras regiones del mismo estado de Coahuila o del país donde el alimento está hecho a base de harina de maíz importado.
"Qué bueno, por la salud de todos", dijo el representante de los industriales de la masa y la tortilla en Torreón, José Guadalupe de la Torre, al señalar que de las 121 mil tortillerías que existen en todo el país el 52 por ciento emplea harina de maíz, sobre todo en la zona costera, península de Yucatán, norte de Coahuila y Chihuahua.
La Laguna es de las pocas regiones donde se sigue produciendo la tortilla con el maíz nixtamalizado, pues de esta forma el grano conserva sus propiedades nutritivas como es el calcio, ácido fólico además de que contiene un Ph alcalino.
Las harineras, que regularmente emplean el maíz importado en una mayor proporción para elaborar la harina de maíz, se verán obligadas a recurrir a la producción nacional a más tardar el 31 de marzo de 2024, fecha límite que establece el decreto presidencial que se publicó el pasado lunes 13 para erradicar su uso junto con el del herbicida glifosato en los cultivos.
Esto es factible porque la producción nacional de maíz blanco, que el pasado ciclo otoño-invierno alcanzó las 244 mil toneladas, es suficiente para abastecer la demanda interna.
El problema radica en la especulación de quienes comercializan este producto para consumo nacional, pues incrementan los costos de la tonelada que actualmente ya alcanza los 10 mil 500 pesos, según la temporada, y a esto deben sujetarse los compradores.
Por este motivo, los industriales de la masa y la tortilla demandaron que las autoridades actúen en este aspecto, al ser uno de los factores por los que el alimento tuvo incrementos graduales en 2022.
Debido a que en marzo se espera una producción cercana a las 6.5 millones de toneladas del estado de Sinaloa, esto podría incidir en una disminución de los precios entre abril y mayo.
José Guadalupe de la Torre señaló que actualmente, el precio del kilogramo de tortilla oscila entre los 22 y los 27 pesos, salvo unos tres establecimientos donde lo venden a 30 pesos.
Apenas el pasado mes de diciembre, el Gobierno federal emitió un decreto para establecer aranceles del 50 por ciento a las exportaciones del maíz blanco, como un intento de incidir en el control del precio de la tortilla, lo que productores agrícolas asumieron como una medida negativa, mientras que otros señalaron que era a destiempo dado que ya se había exportado gran parte del producto.
En 2020, se publicó otro decreto mediante el cual se pretendía prohibir las importaciones de maíz amarillo genéticamente modificado a partir de 2024 para todo tipo de actividades, junto con el uso del glifosato, pero ante la reacción de Estados Unidos en el marco de las negociaciones del T-MEC, se reconsideró la medida ampliando el plazo a 2025.
En el nuevo decreto de esta semana, se abre la puerta al uso del maíz transgénico en actividades pecuarias (alimento para aves, ganado vacuno y porcino) y para algunos procesos industriales para alimentación humana, con excepción de la elaboración de tortillas.
En México, principal importador de maíz amarillo en el mundo, el 80 por ciento de dicho producto se emplea en el sector pecuario como forraje, mientras que un 20 por ciento es para la elaboración de almidones, harinas y fructosa.
