Fue hasta llegar a Casa Cuna donde a través de la adopción, lograron cumplir su más grande sueño: ser padres. (Foto: VAYRON INFANTE / EL SIGLO DE TORREÓN)
Eva y José Manuel comparten una historia similar a la de Isaac y Roxana, quienes por años probaron diferentes métodos de concepción viajando de una ciudad a otra visitando a un especialista y otro, sin lograr un embarazo. Y fue hasta llegar a Casa Cuna donde a través de la adopción, lograron cumplir su más grande sueño: ser padres.
Su historia, la compartieron durante la ceremonia de aniversario de esta asociación, que por 40 años logró atender a 266 mujeres que no deseaban o no podían quedarse con sus hijos; 183 de ellas dijeron sí a la adopción cambiando la vida a parejas como Eva y José Manuel, y la de Isaac y Roxana.
Visiblemente emocionado, José Manuel compartió que ese duro camino lo comenzaron desde el 2007, fecha en la que contrajeron matrimonio.
“Acudimos a varios médicos en Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México”, pero nada funcionó.
Incluso Eva, fue sometida a dolorosos tratamientos sin tener éxito, incluso dijo que hasta la fecha se desconoce por qué biológicamente no ha podido ser madre.
Pero no fue impedimento para cumplir sus sueños, pues al llegar a Casa Cuna, pudieron hacerlo, cumpliendo siempre, son los lineamientos que marca la autoridad para poner dar una segunda oportunidad, a esa personita cuya madre biológica no pudo o no quiso conservar.
Eva compartió que como parte de su terapia psicológica, el especialista le pidió que “nunca más vuelvas a decir que tus hijos son adoptados, porque ellos tenían que venir de la forma tan perfecta y los medios tan ideales para que llegaran a nuestros brazos… los une más que la cuestión biológica, es el corazón… mis hijos son de corazón y del alma porque estaban destinados a que llegaran de esas manera”, dijo entre lágrimas de emoción.
La historia de Isaac y Roxana también fue complicada. Ellos pasaron por dos adopciones, sin embargo no se concretó una de ellas, pero sí la de José María, su hijo.
“La adopción fue una bendición para nuestras vidas… en nuestros casos pasamos por dos adopciones, Angelito no se quedó con nosotros pero tenemos a José María, igual que Eva pasamos por un proceso difícil para convertirnos en papás, pero tuvimos la bendición de caer en Casa Cuna y ahora somos tan felices, aunque tuviera todo el dinero del mundo no alcanzaría para agradecerles”.
Fue de esta manera que Casa Cuna, encabezada por María Elena Galán y un equipo de colaboradores y voluntarios, celebraron el 40 aniversario del inicio de este proyecto de vida.
La celebración, arrancó con una misa en la parroquia del Inmaculado Corazón de María de la colonia Torreón Jardín, y al terminar, se realizó la exposición de la historia de esta asociación, y continuó con la entrega de reconocimientos a quienes han sido pieza fundamental para el crecimiento de Casa Cuna.