
(CORTESÍA)
El 8 de abril de 1973, el pintor español Pablo Picasso (Málaga, 1881) murió a la edad de 91 años. Un edema pulmonar mermó su salud hasta hacerlo exhalar su último suspiro en Mougins, localidad ubicada al sur de Francia. Fundador junto a George Braque de la corriente cubista, su obra mantiene un notable legado en la historia de las artes visuales.
Este sábado se conmemora el 50 aniversario luctuoso de su fallecimiento y los museos más importantes del mundo han anunciado una serie de actividades en el marco de esta fecha. Por ejemplo, Cécile Debray, directora del Museo Picasso de París, ha indicado que la muerte del pintor debe abordarse de manera histórica y con serenidad, pues se trata de un pintor fundamental para el arte moderno.
Este museo alberga más de cinco mil obras del artista, así como otras que formaban parte de su colección particular, cesiones de sus familiares, donaciones de coleccionistas y 200 mil piezas documentales, por lo cual es un gran nicho de información para los investigadores.
Otro caso también es el del Museo Nacional del Prado de Madrid, que a partir del 13 de junio tendrá la exposición titulada ‘Picasso y El Greco’, donde se mostrará un diálogo entre obras de ambos autores. Este proyecto está comisariado por Carmen Giménez y se sabe por los registros que el pintor colaboró como copista en ese recinto cultural, además de dirigirlo entre 1936 y 1939.
Pintura transgresora
Respecto al legado de Picasso, la maestra y artista Patricia G. Santiago indicó, en entrevista con El Siglo de Torreón, que el artista tuvo logros a nivel formal respecto al desarrollo del dibujo y la pintura. Si bien es conocida su faceta abstracta, resalta que la primera obra trascendental que hizo fue Las señoritas de Avignon (1907), actualmente exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa).
“Esta pintura tiene esta particularidad de ser sumamente racional. Es decir, Picasso ya va a trabajar directamente sobre la idea. Es muy común que notemos en las academias (y a él le toca ser un pintor académico que se sale de ese esquema) se pintaba frente al modelo y estaba todavía el concepto de naturaleza / natura. Pero lo que Picasso hace son muchísimos bocetos para hacer Las señoritas de Avignon. Entonces es una construcción de la idea ya en su taller, en su mesa de trabajo”.
En esta obra, Picasso partió de la figuración hacia la construcción de un espacio de suma racionalidad. De ahí sus propiedades de abstracción y geometría. Para ahondar en el tema, Patricia G. Santiago recurre también a la obra Guernica (1937), albergada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
Este óleo sobre lienzo de lino y yute fue pintado en París entre mayo y junio de 1937. Su título alude al bombardeo de Guernica, ocurrido el 6 de abril de ese mismo año, durante la Guerra Civil Española.
“Este tiene muchos aspectos plásticos, de tensión, de reminiscencias o de referencias, por ejemplo, de cómo uno obtiene el conocimiento a través de las noticias, del cuarto poder. Hay unas figuras que están evocando al periódico, pastiches, cosas que ya trabajaba en su abstracción del cubismo analítico. En el caso de Guernica, vemos esta escena que la construye a partir de una idea, de una referencia mediática, pero algo que le toca muy de lleno, una crítica a la guerra, a la destrucción”.
La maestra explica que el cubismo se comprende de tres etapas: primitiva, analítica y sintética. Picasso comenzó a colaborar con otros pintores como George Braque para trabajar a detalle en lo racional. El cubismo es la entrada al tiempo donde habita una mirada mucho más científica y física, por lo que el artista también comenzó a explorar en otras materialidades tales como la cerámica, la escultura o la litografía, convirtiéndose en un personaje muy mediático a nivel mundial.
“Lo que sí quiero abonar es que es una figura muy patriarcal en la cuestión artística, en cómo se van construyendo estos referentes artísticos: ‘Tienes que tener ser como Picasso. Tienes que tener tus procesos, tus series, tus etapas’. Y él tiene su propia metodología. También sabemos de su personalidad bastante machista. Hay películas al respecto y se hace la apreciación de esta figura patriarcal”.
Enigma
En marzo de 1945, la revista estadounidense New Masses publicó una entrevista realizada a Pablo Picasso por el periodista Jerome Seckler, con motivo de su toma de protesta en el Partido Comunista. El texto es una pintura de palabras que muestra la rutina parisina del pintor en su estudio y lo describe como un enigma.
Ante un comentario del reportero donde le indicó que no es posible escapar de la realidad, el pintor refutó: “Sí, es posible y normal”. Entre las preguntas sobre su afiliación comunista que forman al diálogo, su genio también revela ciertos detalles de su pensamiento artístico, como la percepción sobre los objetos que se aprecia en la siguiente respuesta, pues a excepción de Guernica no intentaba dar un significado político a sus cuadros.
“Si pinto una hoz y un martillo la gente puede pensar que se trata de una representación del comunismo. Busco reproducir los objetos por lo que son y no por lo que significan. Puede estar en lo cierto al adjudicar ciertos elementos de mis cuadros, pero no era mi intención darles ese contenido. Las ideas y conclusiones a las que ha llegado usted son las mismas a las que llegué yo, pero instintivamente, de modo inconsciente. Pinto por pintar. Pinto los objetos por lo que son. Está en mi subconsciente. Cuando la gente mira un cuadro, puede que cada persona le atribuya un significado diferente en función de lo que ve en él. No intento transmitir ningún mensaje en particular. No existe propagan deliberada en mi pintura”.