
Entre los sancionados se encuentran varios representantes de la compañía contratista de defensa Thales Australia. (ARCHIVO)
El Ministerio de Exteriores de Rusia anunció hoy la inclusión en su lista de sancionados a 48 empresarios, periodistas y políticos australianos por su posición antirrusa.
"Se prohíbe por un plazo indefinido la entrada a nuestro país a 48 empresarios del complejo militar industrial, periodistas y diputados municipales que conforman en este país la agenda antirrusa", señaló la diplomacia rusa en un comunicado.
Exteriores señaló que esta medida se toma "en respuesta a las sanciones políticamente motivadas contra personas jurídicas y físicas rusas por parte del Gobierno de Australia, impuestas en el marco de la campaña rusófoba de Occidente".
Entre los sancionados se encuentran varios representantes de la compañía contratista de defensa Thales Australia, incluyendo a sus directores ejecutivo y de relaciones internacionales Jeff Connoly y Alex Cresswell, y sus vicepresidentes Julie Brown y Ronan Carolan.
Además, fueron incluidos varios representantes de la empresa SYPAQ, que ha suministrado drones a Ucrania, y la informática Nuix, que también ha apoyado con soluciones digitales a Kiev.
La lista negra incluyó también a varios miembros del Consejo de Australia del Sur para el día de Australia y a periodistas.
La semana pasada Rusia condenó la decisión de Australia de bloquear la construcción de la nueva Embajada de Rusia en Camberra, en las proximidades de la sede del Parlamento, por considerarla un riesgo a la "seguridad nacional".
"Es otra muestra de hostilidad de Australia. Lo tendremos en cuenta en caso de que surjan asuntos en la agenda que requieren de reciprocidad", señaló el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
"Nos comportaremos de manera correspondiente", agregó.
Según Peskov, sigue "la estela de la rusofobia" de Occidente y trata de sacar "un sobresaliente" en la materia.
Previamente, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, indicó que su Gobierno tomó la decisión tras una reciente reunión del comité de seguridad nacional que recomendaba rescindir el contrato de arrendamiento del terreno aledaño a la sede del Legislativo donde Rusia preveía construir la nueva Embajada en la capital australiana.
Según precisó Albanese, las autoridades australianas temían que la ubicación de la nueva delegación, a escasos 100 metros del Parlamento, presentara un riesgo "en términos de interferencia" política con las actividades del Legislativo del país oceánico.