Un estudiante universitario confesó haber apuñalado y ahorcado a una joven. (SERGIO A. RODRÍGUEZ)
Problemas psicológicos o adicciones son muchas veces los detonadores para los casos de violencia extrema, como el del feminicidio Yosmi, a manos de Adal, un estudiante universitario que confesó haberla apuñalado y ahorcado.
Santiago Menchaca Luna, director del Instituto Municipal de la Juventud, consideró lo anterior y externó que aunque trágicos los hechos, son aislados.
Dijo que uno de los puntos que se pierden frecuentemente en la atención a los jóvenes con problemas que son atendidos, es que no se les brinda atención a los familiares directos que viven con ellos.
Sostuvo que la persona con problemas de adicción a cualquier sustancia, o que sufre estados depresivos o violentos, necesitan ayuda, como terapias psicológicas. Pero también sus padres, sus hermanos… para que comprendan la gravedad de la situación y puedan auxiliar a su ser querido.
El programa Embajadores de Vida, creado por el Instituto Municipal de la Juventud canaliza a los jóvenes con problemas a psicólogos y terapeutas y promueve que también los familiares más cercanos asistan.
Adal, es un joven de de 23 años, estudiante de ingeniería, que en un aparente arranque de ira atacó a la joven Yosmi, de 19 años, a quien mató con sadismo, empaquetó y tiró en el libramiento Eliseo Mendoza Berrueto.