Imagen: Unsplash/ Chris Hardy
Se aproximan esas fechas del año donde todos esperamos un obsequio, especialmente niñas y niños, quienes difícilmente aceptarán unos calcetines. De hecho, muchos adultos piensan de la misma manera: las leyendas urbanas narran que si de pequeño no tuviste ese juguete soñado, una vez que tienes ingresos propios buscas satisfacer ese deseo.
El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos de las Niñas y Niños del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reconoce el derecho de niñas y niños al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. Una herramienta fundamental para lograr este objetivo definitivamente podría ser un juguete que les permita interactuar con su entorno y soñar con su futuro.
Como es bien sabido, no toda la infancia tiene la oportunidad de disfrutar de la compañía de un juguete, sin embargo, esta industria sigue creciendo y es un motor económico importante en el mundo, particularmente en México. De hecho, el país es el cuarto productor a nivel mundial, con presencia de las cinco mayores empresas en el sector. Según el organismo Normalización y Certificación (NYCE México) las ventas en este rubro representaron cuatro mil 650 millones de dólares al cierre de 2022.
La página oficial de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete A.C. (AMIJU) menciona que el mercado global de juguetes tuvo un valor de 107 mil millones de dólares en 2022, con un crecimiento anual promedio de 3.5 por ciento de 2017 a la fecha. Diversas fuentes apuntan que, para 2023, la expansión del sector superará el cinco por ciento.
Después de la firma del primer Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México (TLCAN) en la década de los noventa, una de las principales industrias que se vieron afectadas en el país fue la del juguete. Empresas como Ensueño o Lili Ledy desparecieron para dar paso a las importaciones, sobre todo chinas y norteamericanas, que hoy dominan casi el 70 por ciento del mercado nacional.
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentadas en su Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, actualmente existen mil 48 empresas en México dedicadas a este rubro, de las cuales 965 (92.1 por ciento) son microempresas, 58 (5.5 por ciento) son pequeñas empresas, 20 (1.9 por ciento son medianas, y solo cinco son grandes, con más de 250 trabajadores cada una.
TRADICIÓN CONTRA CULTURA POP
En un espacio cada vez menos lúdico, la tradición, la decoración, la colección y la artesanía luchan por sobrevivir: canicas, yoyos, trompos, baleros, muñequitas de trapo, luchadores de plástico, pirinolas, loterías, etcétera. Los procesos de producción del juguete popular mexicano, que en muchos casos se hace a mano, resultan poco competitivos en esta era.
Hoy los juguetes clásicos son prácticamente desconocidos entre los más pequeños del hogar, pues casi en su totalidad están relegados a mercaditos de artesanías y uno que otro centro comercial, y prácticamente se encuentran erradicados de las jugueterías y tiendas especializadas. Pero para los más viejos, estos objetos tradicionales son entrañables por las horas de diversión que nos dieron. Cómo olvidar las luchas fratricidas por culpa de las jaras, el corazón o la botella; el tiempo invertido en dominar “el columpio” y “el dormilón”, o el tesoro acumulado en los bolsillos producto de las agüitas, los tréboles, las matracas y los tiritos.
En la otra trinchera se encuentra la cultura pop, donde aparecen los superhéroes del momento, las figuras de acción, las muñecas de marca y los juguetes de baterías; basta con recordar el fenómeno de la película de Star Wars y como amalgamó la industria del juguete con el cine y la televisión.
De acuerdo a Amazon Staff, ha sido un gran año para “celebrar la cultura pop” gracias a los éxitos en taquilla de películas como Barbie, Super Mario Bros., Tortugas Ninja y Transformers, lo que se refleja en su lista Toys We Love 2023 (Juguetes que amamos 2023), donde se presentan artículos destacados como el set de laboratorio de ciencias de Barbie, el transformer Bumblebee, el muñeco Elmo, peluches de Pokémon, el paquete LEGO Star Wars, entre muchos otros.
Por su parte, la empresa de consultoría Brand Finance realizó una lista con las marcas de juguetes más valiosas del mundo en 2023, otorgándole el primer puesto a Lego, con un valor de siete mil 444 millones de dólares; el segundo lugar a Bandai Namco, valorada en mil 583 millones de dólares; seguida de Fisher Price y Barbie.
ADAPTACIÓN TECNOLÓGICA
Evidentemente la industria del juguete sigue evolucionando a la par del avance tecnológico y la nueva dinámica social. Por un lado se espera que los juguetes interactivos lideren el mercado a través de la inteligencia artificial y la robótica; por otro, las nuevas tendencias también están marcadas por la equidad de género en el uso de juguetes, el aprendizaje que dejan, la conciencia social que crean y los materiales sustentables con que se elaboran. En este sentido aparecen productos nuevos como los Miniland Dolls Colourful Edition, que celebran la diversidad; el Nenuco con implante coclear, que promueve la inclusión, o la Barbie Fashionista con síndrome de Down.
Pero quienes dominan desde hace algunos años, tanto en valor de mercado como en tiempo de uso, son sin duda los videojuegos, con ingresos globales al año cercanos a los 400 mil millones de dólares (aproximadamente una tercera parte del producto interno bruto anual de México), de acuerdo a Statista Market Insights, y no solo por las ventas de consolas y juegos para Xbox, PlayStation o Wii, sino también por los juegos para dispositivos móviles y apps. Según cifras del portal Statista, en 2023 los países con mayores ingresos generados por esta industria son China, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Reino Unido.
A partir de la pandemia, el tiempo frente a las consolas creció exponencialmente. De hecho, solo el sector tecnológico creció más que el sector de los videojuegos.
El reporte Simon-Kucher and Partners informó que tras el confinamiento se incrementaron en un 30 por ciento los usuarios que pasaban más de 20 horas a la semana utilizando videojuegos, aunado a un aumento de gasto en este rubro superior al 40 por ciento. Las cifras para México tras el covid-19 representaron un crecimiento de más de cinco millones de nuevos gamers, de acuerdo con la empresa Newzoo, por lo que después de la crisis sanitaria se estima un mercado de consumidores superior a los ochenta millones en la nación.
Más allá de la discusión de lo bueno y malo de este pasatiempo, donde algunos dicen que es bueno para la memoria, la atención y la coordinación, mientras otros comentan que son adictivos, costosos y crean trastornos de distinta índole, lo cierto es que será un regalo muy valorado en estas fechas.
La industria del juguete, al igual que todas, ha evolucionado y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue un gran parteaguas para dar paso a innovaciones. Hoy la industria está tan globalizada como el sector automotriz, así que han quedado atrás los regionalismos y las visiones nacionalistas. Por otro lado, si usted está obligado a regalar a su hijo, sobrino o nieto un juguete, hágalo, recuerde que eso evitará generarle un trauma en su vida adulta. ¡Feliz Navidad!
