Sí, se trata de una paradoja del beisbol, referida al tiempo de duración de los juegos. En el pasado relativamente remoto, cuando en general la vida era lenta y “el tiempo corría despacio”, el desarrollo de los encuentros de pelota era rápido, ágil, consumía poco tiempo. En contraste, ahora, cuando la vida moderna es agitada y rápida, los juegos de beisbol son lentos y de “larga duración”.
Así lo demuestran todas las estadísticas conocidas. Hace más de un siglo en Grandes Ligas los juegos, en términos gruesos, promediaban 2 horas de duración. Hace medio siglo llegaron a 2 horas y media. Hacia inicios del presente siglo tal promedio saltó la barrera de las 3 horas, y durante dos décadas se ha vuelto misión imposible hacer que ese promedio se sitúe abajo de las tres horas, con excepción de 2015 que resultó de 2 horas y 56 minutos. El año pasado, 2022, fue de 3 horas con 3 minutos.
A partir de la temporada del presente 2023 las Grandes Ligas, luego de probarlo en las Ligas Menores, adoptaron un cambio importante: la implantación del llamado reloj de lanzamientos o cronómetro de los pitcheos. Mediante este se pretende lograr una reducción importante en la duración de los juegos, a tono con la vida moderna, que es rápida y dinámica.
Ese reloj es para medir los tiempos de que disponen los lanzadores para llevar a cabo su trabajo. Desde el momento en que reciben la pelota del cátcher (o del ampáyer) tienen 15 segundos para iniciar el movimiento de lanzar y realizar el disparo en los casos en que no hay corredores en base, y de haber uno o más en los senderos el tiempo de que disponen será de 20 segundos. De incumplir esta regla, el ampáyer marcará automáticamente una bola en la cuenta del bateador en turno.
A su vez el bateador debe estar preparado en la caja de bateo cuando la cuenta del reloj vaya en 8 segundos; de no ser así, el ampáyer marcará un strike en su contabilidad. Por lo que hace a los receptores, éstos deben estar listos para recibir los lanzamientos a más tardar cuando la cuenta de 20 o 15 segundos, según sea que haya o no corredores en base, vaya en 9 segundos.
A su vez, con uno o más corredores en base, los pitchers solo pueden hacer por turno al bat hasta dos reviradas. En el caso de una tercera y logra poner out al corredor se marcará el out, pero de llegar éste safe se considerará como balk y avanzan una base el o los corredores.
Éste es el primero de los tres importantes cambios adoptados por las Grandes Ligas a partir de 2023, mismo que la Liga Mexicana de Beisbol anunció el 8 de marzo que implantará parcialmente a partir también del presente año, aunque con una diferencia. El pitcher, en lugar de disponer de 15 segundos para hacer sus disparos, aquí tendrá solo 12 segundos y no se especifica si el tiempo se incrementará de haber corredores en base.
Estamos a escasos diez días del arranque en Torreón de la temporada 2023 de la LMB. Los jugadores y los ampáyers se tendrán que ir acostumbrando a este importante cambio. Y por supuesto también los aficionados, pues todo parece indicar que dicho cambio llegó para quedarse, pues en los primeros 50 juegos de GL la duración promedio por encuentro ha sido de 2 horas y 38 minutos, es decir, 25 minutos menos que el promedio de 2022.
