Y los muchachos de José Molina se rehusan a dejar de jugar pelota a estas alturas del mes de septiembre. Simplemente siguen ganando partidos y se encuentran en el umbral de romper una maldición de 73 años, si, 73 años sin ganar un campeonato de Liga Mexicana de Béisbol.
El mánager que llegó a tomar la responsabilidad de dirigir a un equipo que se encontraba en una mini crisis que amenazaba en hacerse tan grande que podía marginar a los algodoneros de los playoffs. Eran los mediados de julio y el standing de la zona norte se apretaba de tal manera que no podías darte el lujo de caer en una mala racha, y hablamos que con tres que perdieras seguidos te colocabas al borde del abismo, así de congestionada estaba la zona.
Pero no solo Ramón Orantes el mánager despedido había perdido claramente el orden en la novena, donde el parador en corto venezolano Luis Sardiñas contaminaba al grupo con su indolente actitud. Guillermo Murra presidente del club lagunero tomó una decisión arriesgada pero necesaria, cortar de raíz con el problema que enturbiaba el dugout.
Fuera Orantes que no pudo meter en cintura a Sardiñas y fuera el propio pelotero que fue cambiado a Leones de Yucatán.Numerosos aficionados mostraron su desacuerdo en las redes, incluso algunos llegaron a pronosticar el derrumbe definitivo del Unión Laguna. Decisión drástica pero necesaria, el tiempo le dio de tal manera la razón a Murra, que ahora se encuentra peleando el título de la Serie del Rey. Cuando acababa de tomar la decisión de darle a su coach de banca la responsabilidad en plena recta final de temporada de dirigir el equipo sin su short stop titular, nos comentó a Moi Arce y a un servidor: "De aquí en adelante, si ganamos o perdemos va a ser por el beisbol, no por otras cuestiones".
José Molina está cerca de unirse a Martín Dihigo y Memo Garibay como los únicos mánagers en ser campeones con los Algodoneros del Unión en toda su historia. Molina, nacido en Bayamón Puerto Rico, tiene dos anillos de Serie Mundial y forma parte de la dinastía Molina junto a sus hermanos Yadier y Bengie todos receptores élite en las Grandes Ligas, los hermanos Molina son los únicos tres hermanos en tener cada uno mínimo un anillo de Serie Mundial.
La fórmula del Cheo para volver a encarrilar la nave guinda fue así de sencilla según sus palabras: "Nunca pensé en llegar a ningún lado, sino en ese momento mantenernos como familia, traer a otra persona que no estuviera en el núcleo de los jugadores desde el inicio de la temporada podría afectar al equipo. No quería que los muchachos se presionaran y por eso mi única condición fue que nos quedáramos todos igual como familia" y una frase reveladora como ella sola para concluir su rueda de prensa: "Tuvimos que perder juegos para ganar otras cosas".
A veces el tomar decisiones definitivas, sin dudar, arriesgando el todo por el todo te pueden hundir o lo contrario, pero esto no es para timoratos, Guillermo Murra hizo una consulta en el seno de su equipo y se percató donde radicaba el problema que le había hecho perder impulso a su club. Tomó la decisión y la familia de Cheo emergió con lo principal que necesita este deporte jugarlo sin presiones extras, seguir los dictados del juego mismo, Laguna lo está jugando con esa férrea convicción de simplemente negarse a perder, de tener claro el objetivo histórico e ir por el con la determinación que te da tu talento y el espíritu lagunero que ya todos poseen. Falta todavía, habrá que ir a los Hermanos Serdán a jugar pelota ganadora, la tendencia de las últimas series del Rey es que se van a lo máximo, es decir a siete juegos, si es así, entonces preparen las gargantas porque este 15 y 16 de septiembre habrá que gritar a doble pulmón en el Revolución, por la patria y por el algodón.
