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El Ejército de Israel destruyó este miércoles la vivienda familiar en Cisjordania ocupada de Mutaz Khawaja, atacante palestino que mató a un civil israelí e hirió a otros dos en marzo de este año en la ciudad de Tel Aviv antes de ser abatido por civiles y policías.
Un portavoz militar informó hoy que sus tropas, junto a la Policía de Fronteras, destruyeron la residencia de Khawaja en la aldea palestina de Nilin.
Esta medida llega dos meses y medio después de que Khawaja abriera fuego contra un grupo de civiles en una transitada arteria de Tel Aviv, causando la muerte de Or Eshkar, de 32 años.
Durante el procedimiento previo a la demolición, "se desarrollaron violentos disturbios durante los cuales sospechosos quemaron llantas, arrojaron piedras, arrojaron explosivos y lanzaron fuegos de artificio contra las fuerzas", agregó el Ejército israelí, que detalló que las tropas respondieron con medidas antidisturbios para "dispersar a los manifestantes".
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Por su parte, la agencia oficial de noticias palestina, Wafa, precisó que las tropas israelíes utilizaron explosivos para hacer estallar el apartamento familiar de Khawaja, ubicado en el segundo piso de un edificio residencial.
Según Wafa, 50 vehículos militares israelíes entraron en la aldea, rodearon múltiples residencias y forzaron a sus residentes a salir antes de explotar el apartamento. En este contexto, añadió la agencia, se desencadenaron enfrentamientos entre jóvenes residentes y las fuerzas de seguridad, que se saldaron con dos palestinos heridos.
Israel suele demoler las casas de familias de palestinos acusados de cometer atentados mortales, una política denunciada como "castigo colectivo" por grupos de derechos humanos y que el Estado judío aplica desde hace años en territorio palestino ocupado.
Por su parte, los cuerpos de seguridad israelíes lo justifican como elemento de disuasión para prevenir más ataques, mientras que la actual coalición gubernamental liderada por Benjamin Netanyahu -compuesta también por grupos de extrema derecha- se ha comprometido a agilizar estas acciones de forma aún más expeditiva.
Con la destrucción hoy de la residencia de Khawaja, ya son siete las viviendas de atacantes palestinos destruidas en lo que va de 2023.
Esta demolición llega en un contexto de elevada violencia en la zona, que registra el inicio de año más sangriento desde la Segunda Intifada.
Hasta el momento, 119 palestinos han muerto en Cisjordania e Israel, la mayoría milicianos en choques violentos con tropas israelíes durante incursiones en poblaciones palestinas, pero también civiles, incluidos 20 menores. Del lado israelí han fallecido 19 personas en ataques cometidos por palestinos, la mayoría colonos, y entre ellos tres menores.
A estos se suman 34 muertos palestinos fallecidos en la Franja de Gaza durante la reciente escalada bélica entre Israel y las milicias del enclave, que dejó también dos muertos en territorio israelí.