Durango

Migrantes

Huyen de dictadura venezolana; están de paso por Durango

Mientras Jairo vende paletas, su familia toma un descanso en los jardines que están afuera de la Central Camionera. (EL SIGLO DE DURANGO)

Mientras Jairo vende paletas, su familia toma un descanso en los jardines que están afuera de la Central Camionera. (EL SIGLO DE DURANGO)

SAÚL MALDONADO

Jairo, su esposa Leydi y sus tres hijos son una familia venezolana que salió huyendo de la dictadura de su país donde ya no tenían que comer; su destino, Estados Unidos, cinco mil kilómetros de viaje, ya llevan cuatro mil 500 y están de paso por estas tierras duranguenses vendiendo paletas para poder llegar a la frontera.

Llegaron a Durango a la una de la mañana de ayer miércoles 15 de noviembre, salieron de Venezuela a finales de agosto, por lo que tienen poco más de dos meses y medio de viaje.

Los primeros dos meses fueron para cruzar Centroamérica, donde aseguran, la pasaron muy mal; estuvieron una semana en la selva de Panamá, donde duraron tres días sin comer; en Guatemala Jairo no dormía para vigilar, porque había gente que se dedicaba a violar a las niñas migrantes por las noches.

Fue hasta que llegaron a México, a finales de octubre, cuando encontraron un poco de tranquilidad y donde, aseguran, los han tratado mejor.

De Chiapas se fueron como pudieron hasta Oaxaca, donde en Huatulco subieron a un tren junto con varios migrantes; sin embargo, solo avanzaron hasta Mirapuerto del mismo estado y decidieron bajarse.

"A mi esposa le dio miedo porque dos niñas habían muerto, se cayeron del tren y murieron y mi esposa ya no quiso que siguiéramos y por eso nos bajamos y desde ahí hasta acá hemos viajado como hemos podido", señaló Jairo.

En este trayecto por suelo mexicano, Jairo aseguró que la gente se ha portado -dijo- "de lo lindo", porque los ha ayudado, en algunos lados la gente les ha dado de comer, en otros los han apoyado con recursos para continuar su camino, han caminado menos que Centroamérica gracias a la gente que les ha dado raid.

En dos semanas han cruzado mil 500 kilómetros desde la frontera de Chiapas hasta Durango, y los dos meses anteriores los usaron para avanzar tres mil kilómetros de Venezuela a Chiapas, tramo donde han tenido que caminar bastante.

"La gente aquí nos ha tratado lindo y nos ha ayudado, la verdad queremos llegar a la frontera y entregarnos a migración y a ver qué pasa, si nos regresan a México, pos' nos quedamos en México donde nos han tratado bien", señaló Jairo.

La primera noche en Durango durmieron en la intemperie afuera de la Central Camionera, donde se abrigaron para soportar el frío.

No han comido ni él, tampoco su esposa ni sus hijos de 8, tres y un año desde la mañana del martes, porque el dinero lo usaron para poder llegar a Durango.

Trae una bolsa de paletas que está vendiendo afuera de la Central Camionera para poder comer y juntar un poco para seguir su camino, 500 kilómetros más y llegar a Ciudad Juárez donde dice, va a ver qué es lo que pasa.

No sabe si pasarán otra noche más en Durango o si busca seguir su camino, por lo pronto, su familia está tomando un descanso en los jardines que están afuera de la Central Camionera mientras él vende paletas para poder seguir adelante.

Leer más de Durango

Escrito en: Migrantes Durango La Laguna gente, poder, tres, llegar

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Durango

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Mientras Jairo vende paletas, su familia toma un descanso en los jardines que están afuera de la Central Camionera. (EL SIGLO DE DURANGO)

Clasificados

ID: 2250350

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx