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Empieza una nueva era

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JUAN MANUEL GONZÁLEZ CERDA

La turbulencia económica y política actual presagia el inicio de una nueva era que, estructuralmente, es muy diferente y con un enfoque nuevo hacia el progreso. Los dos años y medio pasados han sido extraordinarios. Con toda seguridad lo que estamos viendo es mucho más que solo otro ciclo económico. La desconcertante combinación de una pandemia global, escasez de energía, una muy rápida inflación y problemas geopolíticos, hacen que la gente se pregunte que certezas tenemos ahora. Los eventos actuales se sienten como terremotos que están dándole nueva forma a nuestro mundo.

Pero las diferencias entre las turbulencias de hoy y las de crisis pasadas, nos hacen magnificar las razones para esperar una nueva era.  El mundo de hoy está más entrelazado globalmente, financieramente más apalancado y limitado en emisiones de carbón. En estas condiciones ¿podemos tener una expectativa de progreso más rápida en presentarse'.

Estamos empezando esta nueva era con una diferencia fundamental respecto a la era anterior: en los 90´s la brecha mundial entre los países desarrollados y los que estaban en desarrollo era mucho mayor; grandes núcleos de población en pobreza energética y de recursos, más gente viviendo en las áreas rurales fuera de la orbita de los mercados globales y del capital. Menos gente con educación y, además, desconectada de la información mundial.

En la era que está por acabar, el mundo entero converge mucho más en una economía globalizada, con rápido crecimiento de recuperación para miles de millones de personas. Sin lugar a duda, el mundo es mejor, pero con este crecimiento también se presenta más disrupción - rompimiento de la manera tradicional de ejecutar algo-. Más punzadas de desequilibrio y más jugadores poderosos dispuestos a arriesgarse en los negocios globales.

¿Cómo podría ser esta nueva era? El molde todavía no está terminado, aunque ya hay una dirección hacia dónde dirigirse, aún existen preguntas sin respuesta que determinarán cómo terminará la jugada. Esas preguntas, cuyas respuestas definirán la nueva son las siguientes:

Orden mundial. El mundo está globalmente interconectado bajo arbitrajes de factores de costo y cooperación económica. ¿El mundo global y la conectividad coexistirán bajo la creciente polarización actual? En el orden mundial existe una tendencia hacia la multipolaridad la cual implica realineación hacia grupos regional e idealmente alineados. No sabemos si la economía global permanecerá y si y encontraremos nuevos mecanismos de trabajo más allá de solo en la economía.

Plataformas tecnológicas: conectadas y habilitadas. ¿Existirán tecnologías mediadoras mientras se establecen puentes bidireccionales entre procesos macrosociales y micro sociales? Los factores clave en la era actual han sido la digitalización y la conectividad, las cuales ya muestran signos de saturación. La Inteligencia Artificial y la bioingeniería se podrán combinar para crear otra gran fuente de progreso.

Fuerzas demográficas. Convergencia global hacia familias de menos miembros con mejor salud y educación. ¿Se podrá envejecer mejor con los avances de la medicina y la reducción de las inequidades? El mundo de jóvenes se convertirá en un mundo de viejos, ¿Cómo enfrentarán esta situación los países, las instituciones y las personas para adaptarse a los cambios demográficos, envejeceremos con gracia?

Recursos y sistemas de energía. Un mundo abundante en combustibles fósiles de acceso global, pero con daño a los ecosistemas. ¿Habrá una transición a energía baja en carbón asequible y factible en medio de la competencia creciente por los recursos naturales? Hay un gran deseo en utilizar energías de bajo carbón, pero la inversión total en todas las formas de energía parece insuficiente para cubrir las necesidades energéticas. ¿Cómo navegará el mundo hacia un asequible, resiliente y factible camino hacia la estabilidad climática?Capital. Hoy existe una expansión masiva de deudas con un choque entre la oferta y la demanda en la economía de mercado mundial. ¿La superación de la deuda permitirá una estabilización ordenada del balance global? 

Si efectivamente estamos en los inicios de una nueva era -y la evidencia lo sugiere así-, los líderes se deben preparar para esta posibilidad y aplicarse ellos mismos para darle forma Aun con las altas y bajas del mundo, el progreso sigue su marcha. Las circunstancias demandan acción y la historia nos da muchas esperanzas.

Fuente de referencia: Chris Bradley, Jeongmin Seong, Sven Smit y Jonathan Woetzel. McKinsey &Co.[email protected]

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Escrito en: Columna Finanzas Contexto Lagunero

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