Claude Monet

En la conferencia Claude Monet: el impresionista y el pintor de series, disponible en la cuenta oficial El Museo del Prado en YouTube), impartida por Sylvie Patin, historiadora del arte especializada en impresionismo, tenemos un inicio peculiar: nos muestra el rostro del artista, un par de retratos hechos de él por el también pintor Pierre-Auguste Renoir; de los cuales sobresale uno donde Claude Monet aparece fumando mientras lee el periódico, luciendo una larga y estilizada barba. Una búsqueda rápida en Google nos muestra que el retrato es muy popular, lo utilizan para vender playeras, tazas y hasta cojines. La revista TIME puso al artista francés en el lugar número 16 de su lista de "Las 25 Barbas más influyentes de todos los tiempos".

Es imposible que Monet, al ser el padre del impresionismo, pueda escapar de encontrarlo fascinante en detalles que nada tienen que ver con sus pinturas.

El sitio Ha!, es el cual es una enciclopedia online de bellas artes, nos cuenta una anécdota de la inmediatez de la influencia del pintor: "Fue tan moderno que los jóvenes artistas empezaron a pintar así. Se dejaron largas barbas, salieron al exterior a pintar y convirtieron la luz en el tema principal del cuadro."

El cuadro Impression, soleil levant (Impresión, sol naciente) que Monet hizo en 1872 y que presentó en 1874 en una exposición de pintores independientes; provocó en el crítico de arte Louis Leroy una especie de burla que, sin querer, acabaría dando nombre al movimiento del impresionismo: “Una catástrofe parecía inminente, y estaba reservado a M. Monet dar el último golpe. ¡Ah! ¡Aquí está, aquí está! gritó frente al número 98. Este es el favorito de Papá Vincent. ¿Qué representa esta tela? Mira qué dice el catálogo. Impression, Soleil levant [Impresión, Sol naciente]. Estaba seguro de ello. Me lo estaba diciendo, porque como quedé impresionado, tenía que haber algo de impresión en él... ¡Qué libertad, qué soltura en el trazo! Incluso un boceto en su estado embrionario está aún más terminado que esta marina que vemos aquí!"

Extracto de La Exposición de los Impresionistas, Artículo en Le Charivari, 25 de abril de 1874, escrito por Louis Leroy (tomado del sitio Scribd).

Es interesante darse cuenta que los críticos pueden equivocarse, sin importar el momento histórico ni el arte que se esté tratando. Y el gran contraste que se presenta con las opiniones de críticos modernos sobre Impresión, sol naciente:

"En relación al color, destaca este naranja tan precioso que nos retrata Monet. El Sol aparece con una pincelada naranja entremezclada por el blanco de la nubosidad propia de algunos amaneceres. Creando un círculo perfecto, una esfera que retrata acertadamente como emana el Sol, ya que incluso podemos ver como algunas terminaciones de este Sol, ondean tal y como si Monet lo hubiera visto desde un telescopio. Es toda una genialidad la manera en lo que lo retrata." Extracto de Impresión, Sol naciente. La obra que definió un estilo (Autor desconocido, tomado del sitio charlarte.com)

Monet había pintado una obra que representaba el puerto de El Havre desde su ventana, capturando el sol difuminado en la bruma y algunos barcos en primer plano. No le quiso dar el nombre de Vista de El Havre y le dijo a los organizadores de la exposición: "Llamadla Impresión".

El pintor mostró su habilidad para capturar la luz y el color de forma magistral, rompiendo con las convenciones artísticas de su tiempo: lograba capturar de manera vibrante, las impresiones fugaces de la luz y la atmósfera. Monet era un obsesionado por la naturaleza.

Sylvie Patin termina su conferencia sobre Claude Monet: el impresionista y el pintor de series mostrando una foto del artista a los 75 años. Nos cuenta que Monet fumaba mucho, por lo que no es una imagen ideal para un anuncio anti tabaco. Sin embargo, la foto es importante porque muestra al pintor (sentado, sin apoyarse en el respaldo de la silla) mientras escruta el paisaje, luciendo su legendaria barba y un sombrero. Es una imagen extraordinaria.

Claude Monet escribió en una de sus cartas: "Cuanto más trabajo, más me doy cuenta de que hay que seguir trabajando aún más para poder capturar la instantaneidad"."

El pintor francés murió a los 86 años de edad, el 5 de diciembre de 1926. La causa de su muerte fue un cáncer de pulmón.

EL VALOR DEL GENIO DE MONET

En 2019, una pintura de la serie Almiares de Monet se vendió por 110.7 millones de dólares, convirtiéndola en la obra más valiosa del impresionismo.

Es imposible evitar la importancia histórica que se le da a los pintores cuyas obras alcanzan los precios más altos en las subastas. Claude Monet, en particular, fue un hombre que trabajó duro y siempre disfrutó de un estilo de vida de alto nivel. No le parecería extraño que una de sus obras rompiera el récord de los impresionistas.

“El hecho es que, después de los 50 años (vivió hasta los 86), Monet siempre tuvo una gran cantidad de dinero: un resultado feliz para un bon vivant como él. Su riqueza le permitió tener una flota de automóviles, trajes de tweed hechos por un buen sastre inglés en París y un considerable equipo de jardineros para cuidar sus famosos jardines.” Extracto de Show me the Monet, escrito por Ross King (tomado del sitio aeo.co).

MONET NO SIEMPRE FUE MONET

No todo fue miel sobre hojuelas para el maestro del impresionismo. En un acto de desesperación, el joven Claude Monet, con tan solo 28 años, estuvo al borde del abismo. Sus pinturas eran sistemáticamente rechazadas por la Academia de Artes de su país, lo que lo sumió en una profunda depresión que lo llevó al borde del río Sena, dispuesto a poner fin a su vida.

Pero la vida le tenía reservada una sorpresa. Monet sobrevivió a su intento de suicidio y, como un ave fénix, renació de sus cenizas.

En las biografías que existen del pintor, rara vez se abordan algunos de los momentos más desafiantes de su vida. En su lugar, se tiende a mantener el enfoque en sus obras de jardines y paisajes que evocan serenidad y felicidad en aquellos que las contemplan. Sin embargo, en una época en la que el tema de la salud mental es más relevante que nunca, es importante que se muestre a las nuevas generaciones cómo la vida de un artista puede evolucionar, desde la falta de reconocimiento hasta poder vivir de su arte. El ejemplo de Monet es un testimonio de tenacidad y perseverancia, y demuestra cómo la vida puede dar giros inesperados y cómo se puede salir adelante.

La vida del artista no es siempre sencilla, y Monet solía escribir cartas a sus amigos, quizás como muestra de que pasar largas horas contemplando la naturaleza puede hacer que uno se sienta solitario y necesite compañía.

En una carta escrita el 24 de abril de 1889 a su amigo Gustave Geffroy, expresó su angustia y desánimo, y confesó sentirse fatigado hasta el punto de sentirse ligeramente enfermo. Monet dudaba de la calidad de su trabajo y temía que sus esfuerzos no dieran frutos, a pesar de la confianza que Geffroy tenía en él.

La humanidad que Monet infunde en sus obras les confiere un poder incuestionable. A pesar de los críticos que argumentan que su arte se limitaba a plasmar lo que veía en su jardín y que cualquier persona con tiempo y recursos podría hacer lo mismo, el trabajo arduo de Monet revolucionó el impresionismo al capturar la poesía de la naturaleza. La mayoría de nosotros, atrapados en las preocupaciones de la vida cotidiana, perdemos de vista la belleza de la flora, la luz del sol y la majestuosidad de los árboles. Con sus cuadros, Monet nos obliga a detenernos y recordar que el mundo es hermoso, siempre lo ha sido y siempre lo será.

El video Monet pintando en su jardín en Giverny, Francia, disponible en la cuenta oficial del Los Angeles County Museum of Art en YouTube, nos muestra al maestro impresionista en su elemento, con su inconfundible barba, sombrero y cigarro en mano, mientras trabaja en el jardín de su hogar en Giverny (quizás fue de este momento que surgió la fotografía que mencionó Sylvie Patin en su conferencia).

En 1912, a Monet se le diagnosticó cataratas, lo que le llevó a perder la visión de un ojo y a sufrir problemas en el otro. A pesar de haberse sometido a varias cirugías que le ayudaron un poco, el artista se mantuvo firme en su pasión y se dedicó a trabajar en una de sus series más emblemáticas los: Nenúfares.

ADMIRAR A MONET A TRAVÉS DE LA WEB

La serie los Nenúfares es impresionante, compuesta por ocho majestuosos paneles curvos que cubren una superficie de 200 metros cuadrados de lienzo qué se colocaron en el Museo de la Orangerie, creando una experiencia envolvente e inolvidable para aquellos afortunados que tienen la oportunidad de admirarlos.

En cuanto a la intención de Monet con esta obra, él mismo expresó que buscaba crear la ilusión de un espacio infinito, de una ola sin horizonte ni orilla. Un especie de centro para practicar la meditación.

En el sitio oficial del Museo de la Orangerie se puede disfrutar de un paseo virtual y admirar los Nenúfares, y además se ofrece un contexto más amplio de la historia de estas obras:

"Un regalo de Claude Monet a Francia, entregado el día después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, las pinturas de los Nenúfares fueron exhibidas según su diseño en el Orangerie en 1927, unos meses después de su muerte. Sin embargo, en aquel momento, el conjunto de pinturas no recibió el entusiasmo del público. (...) No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y especialmente con la llegada de una nueva sala de arte moderno en Nueva York, que se volvió a prestar atención al trabajo del difunto Monet. En la década de 1950, se multiplicaron las muestras de renovado interés". Extracto de Historia del ciclo de los Nenúfares (Autor desconocido, tomado del sitio musee-orangerie.fr)

Parece que es de rigor desestimar a Monet por su aparente obviedad y por no presentar desafíos como lo hizo Picasso después de él. Sin embargo, su capacidad para meditar y desligarse de las problemáticas cotidianas para fusionarse con la naturaleza es un don que pocos pueden aspirar a emular.

Como él mismo expresó, "Mi jardín es mi obra de arte más hermosa", lo cual parece ser uno de sus mayores logros.