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La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, resaltó este lunes en un discurso en Londres la importancia de que la población confíe en las medidas de los bancos centrales para atajar la inflación, para lo cual consideró esencial simplificar y adaptar su comunicación con los ciudadanos.
"Es fundamental no solo ejecutar acciones decisivas para bajar la inflación, sino también comunicarlas de manera efectiva", dijo Lagarde en un seminario organizado por el European Economics & Financial Centre.
"Ahora más que nunca, transmitir de manera creíble que la inflación volverá a situarse en nuestro objetivo del 2 % a medio plazo ha sido vital para ayudar a prevenir dinámicas inflacionarias autocumplidas", agregó la presidenta del BCE.
En su intervención, alertó sobre el actual entorno comunicativo "fragmentado", en el que las instituciones generan cada vez menos confianza, y citó las conclusiones del informe Edelmann Trust Baromenter, publicado este año, que indica que casi la mitad de los encuestados en todo el mundo creen que su gobierno genera información "falsa o engañosa".
En un contexto en el que "cualquiera con un teléfono puede ser potencialmente periodista, editor o 'influencer', con capacidad para hacer oír sus puntos de vista", las instituciones "ya no pueden dar por garantizado que van a mantener la atención" del público", dijo.
Por ese motivo, apostó por transmitir a la ciudadanía las acciones de los bancos centrales a través de mensajes más "accesibles" y hacerlo con mayor "humildad".
"Los bancos centrales siempre han tendido a comunicarse principalmente con los participantes en los mercados financieros y otros expertos, una audiencia que normalmente escucha con atención", afirmó Lagarde.
Sin embargo, "dada la escasez de atención en el panorama mediático actual", es imprescindible que el BCE y el resto de bancos centrales complementen sus anuncios técnicos con una versión "adaptada a audiencias no expertas".
Resaltó al mismo tiempo la importancia de expresar la falibilidad de los analistas a la hora de hacer predicciones económicas.
Para afrontar retos como la inflación, los bancos necesitan "hacer proyecciones sobre el futuro y tomar medidas con mucha antelación", explicó Lagarde.
"En un mundo cada vez más volátil, es más fácil que esos pronósticos queden rápidamente obsoletos y las políticas que se basan en ellas tengan que ser ajustadas o revertidas. Eso puede afectar a la credibilidad de nuestros expertos", agregó.
En este momento, es especialmente importante que el BCE, "como otros bancos centrales", admita que subestimó "tanto las dinámicas de la inflación como su persistencia", y comunique que ha hecho "cambios en el proceso de pronóstico para corregir esos problemas".
"Trasladar nuestros mensajes a la población general es esencial para la legitimidad de los bancos centrales independientes en sociedades democráticas y para la efectividad de sus políticas monetarias", concluyó Lagarde, para quien "la comunicación juega un papel crucial a la hora de influir en las expectativas sobre la inflación".
