Este martes 7 de noviembre, Arturo Zaldívar, ministro y expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, anunció su renuncia al órgano.
Arturo Zaldívar, ministro y expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, anunció hoy su renuncia al órgano, marcando el fin de un periodo en la historia jurídica y política de este país.
Abogado, egresado de la Escuela Libre de Derecho y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Zaldívar ha desempeñado un papel clave en el escenario jurídico durante décadas y de forma muy particular bajo el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Su carrera abarca tanto la academia como la abogacía, lo que lo convierte en un personaje de profundo conocimiento y experiencia en asuntos constitucionales.
Zaldívar no solo se ha desempeñado como abogado, sino también como educador e impulsor de la enseñanza del derecho constitucional. Su labor como profesor en diversas instituciones, incluyendo la UNAM, donde obtuvo una cátedra por oposición, dejó una huella indeleble en la formación de varias generaciones de juristas mexicanos. Además, su participación en congresos internacionales y la publicación de numerosos ensayos y libros de renombre en el campo legal dieron cuenta de su influencia en la comunidad jurídica a nivel global.
PERFIL IDEOLÓGICO
En su labor jurisdiccional como ministro de la Suprema Corte y, según la biografía que de él publica el mismo órgano, Arturo Zaldívar ha buscado defender "una visión garantista del derecho", tratando temas "fundamentales, como la libertad de expresión, la igualdad y no discriminación, el libre desarrollo de la personalidad y los derechos de los niños".
Zaldívar asumió la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de México el 2 de enero de 2019 y duró en ella hasta el 31 de diciembre del pasado año 2022.
Durante su mandato, Arturo Zaldívar abogó por abrir un diálogo entre la Corte y los demás poderes, argumentando que la independencia no debe significar aislamiento. Esta postura lo situó como un posible mediador entre la Cuarta Transformación de López Obrador y el Poder Judicial, en un momento en el que el nuevo Gobierno no confiaba plenamente en este último.
ALIANZA CON AMLO
La relación entre Arturo Zaldívar y AMLO fue gran objeto de análisis y controversia, debido a que el expresidente de la Suprema Corte fue percibido por algunas voces como un político con toga más que como un juez, debido a su falta de carrera judicial y su tendencia para alinearse con otros actores políticos, tal como llegó a reseñar El País, medio que destacó que su alianza con López Obrador, en particular, ha sido fundamental.
López Obrador, en palabras de medios nacionales y el mismo internacional referido, encontró en Zaldívar a un aliado dentro de la Suprema Corte, lo que le permitió impulsar reformas constitucionales que beneficiaron a su Gobierno, además de llevar a cabo una purga de jueces que consideró corruptos y que le resultaban incómodos.
TRANSFORMACIONES
Es importante destacar la transformación ideológica de Zaldívar a lo largo de su carrera, pues, aunque inicialmente, defendió reformas estructurales patrocinadas por la Administración de Enrique Peña Nieto que promovían la inversión extranjera en México, con el ascenso de López Obrador, adoptó una crítica al "orden institucional imperante", la "corrupción endémica" y la "desigualdad histórica", reseña El País, quien señaló que esta metamorfosis ideológica refleja "la capacidad de Zaldívar para leer el panorama político y adaptarse a las circunstancias cambiantes".
INFLUENCIA
Así, Zaldívar tuvo un papel determinante en varias decisiones judiciales claves durante el mandato de AMLO; entre ellas, la polémica reforma eléctrica del presidente y la votación sobre la eliminación de la prisión preventiva de oficio, entre otras.