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Un vuelo de Aeroméxico proveniente de Bogotá tuvo que abortar su aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) este miércoles.
De acuerdo al diario español El País, el incidente ocurrió en el vuelo 762, alrededor de las 20:25 horas, cuando la nave tuvo que elevarse de nuevo, cuando ya estaba en posición para desplegar el tren de aterrizaje.
Uno de los pilotos confirmó a los pasajeros que el movimiento se debió a la saturación de la pista.
Este año, Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) tiene asignado un presupuesto de 800 millones de pesos para concluir con el rediseño del espacio aéreo del Sistema Aeroportuario Mexicano, el cual comprende a los aeropuertos de la Ciudad de México, Toluca y Santa Lucía.
Con el presupuesto asignado, el Seneam debe adquirir equipo como un sistema de procesamiento de comunicaciones VCS, uno de aumentación basado en tierra, uno de aterrizaje por instrumentos, de multialteración, de radar primario de vigilancia con canal meteorológico y secundario monopulso, por mencionar los más caros.
En una entrevista previa, el subsecretario de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, Rogelio Jiménez Pons, reconoció que el presupuesto podría ser causa del malestar laboral entre los controladores aéreos, dado a conocer a raíz de un incidente registrado en el AICM el sábado anterior entre dos aviones de Volaris.
Pero, independientemente del presupuesto, a menos de dos meses de entrada en operación del AIFA, ya se puso en evidencia que el rediseño del espacio aéreo no descongestiona al AICM, sino que eleva el riesgo de las operaciones, dijo Pablo Casas Lías, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas.
