(EUNICE MUÑOZ)
Cientos de personas se reunieron durante el día de hoy en el cementerio municipal para darle la bienvenida a sus fieles difuntos que año con año vuelven a visitar a los vivos.
Tal es el caso de la familia Reyes Retana, quienes durante aproximadamente 50 años, han acudido al cementerio para convivir con sus fallecidos.
Para Lorena Reyes, y el resto de su familia, es el día perfecto para compartir momentos en familia y recordar a quienes ya no están.
“Desde niña mi mamá nos traía a arreglarle a su papá, nosotros traemos a nuestros hijos y ahora ellos ya traen a los suyos, ya es de toda la vida”, relató Lorena.
Rodeados de flores y alimentos, cómo toda una festividad, pasan el día en el cementerio San Francisco en donde yacen los restos de más de diez familiares.
Cómo cada año, la familia acudió desde las 7:30 de la mañana para iniciar con el festejo tradicional, niños de cinco años y personas adultas, se reunieron entre varias lapidas para comer gorditas o lonches.
Con el paso de las horas, más familia acudió a las lapidas dónde yacen los restos de incluso, dos niños de su familia, “tenemos a mis tatarabuelos, tíos, mis papás, uno de mis primos y ya hay dos angelitos también”, así lo narro Lorena.
En el lugar, colocan arreglos florales, además días anteriores acudieron para realizar un mantenimiento en las tumbas con la finalidad de que las lapidas luzcan bonitas.
Para la familia Reyes, ir al cementerio es una tradición, la cual llevan a cabo durante todo el año, ya que asisten seguido al lugar para celebrar cumpleaños, los días de la madre y del padre y finalmente, cada día de muertos.
“Venimos cada año y que no piensen que ya se libraron de nosotros, estamos aquí y platicamos de los que nos acordamos, para nosotros estar aquí es como si los estuviéramos viendo, nos da melancolía pero también alegría”, así lo aseguró la familia.
Sin embargo, el cementerio no es el único lugar en donde honran a sus difuntos, ya que en cada hogar de la familia Reyes Retana, se encuentra un altar exclusivo para los que ya no están.
Fotos, velas, comida y la tradicional lotería mexicana, son de los elementos que más resaltan en su altar.
