Entre el mar de reacciones que se dieron luego de lo del miércoles, me quedo con una que compartió un buen amigo: "Puedes poner a once desconocidos con una playera blanca a jugar en el Santiago Bernabéu y te van a remontar una semifinal de Champions en 300 segundos".
Seguramente no presenciemos en vida un equipo más grande que el Real Madrid. Un equipo con tanta mística en su competición. En la mejor de todas. Sin argumentos en la cancha que lo pongan como el favorito para quienes usan el sentido común. Pero con lo necesario para sobreponerse una y otra vez a la adversidad. A los peores escenarios y en los últimos momentos. Ganando con el escudo.
Y no es que quienes jugaron en la semi de Champions ante el City sean completos extraños. Son muy buenos, claro, pero colectivamente hablando en la mayor parte de toda la eliminatoria del torneo no han proporcionado garantías suficientes que expliquen cómo es que triunfa su rival. Y qué rivales ha tenido. Le doy una y mil vueltas desde que me acosté el miércoles por la noche y no imagino un mejor desenlace de Champions. Simple y sencillamente no lo hay.
Repasemos. Temporada sacudida que inició con la Superliga de Florentino y generó dos bandos: el del presi del Madrid, y el de la UEFA, que abanderaba Al-Khelaifi, homónimo de Floren. En medio, más que las ligas domésticas, estaba la Champions. En octavos, un PSG que partía como candidato para absolutamente todo, que a pesar del mal funcionamiento tenía a Mbappé, Messi y Neymar en su ataque. Luego, en cuartos, al campeón defensor del torneo, para que en semifinales superes a uno de los dos mejores equipos del mundo, porque al otro lo verás para definir el título el 28 de mayo.
Segundo Tiempo
Sí, mucho Madrid. Pero poco City. Muy poco Manchester y muy poco Guardiola. Cierto es que Pep no puede meter las que tuvo Mahrez en la ida o las dos de Grealish en la vuelta, pero sí pudo ajustar el equipo para manejar los momentos del partido. Es impresionante que los Citizens estuvieran ganando la eliminatoria desde el primer minuto y hasta el 180 y que el entrenador no haya decidido cerrar el partido.
Si eso fuera poco, porque pudo haber estado clasificado por la mínima prácticamente el 99% de la eliminatoria entera, en tres ocasiones se encontraba con una ventaja de dos goles el Manchester City. En la ida, como se comentó, corría el minuto 60 y estaba empecinado por matar al Real Madrid, tanto que dejó a Fernandinho mano a mano con Vinicius desde medio campo. ¿Para qué pagaste por Aké, un defensor central con mucho potencial, si no lo vas a usar cuando se debe?
No sé si el futbol terminará por caer ante los clubes estado, porque ni el Real Madrid es el héroe ni el City o PSG los villanos. A todos interesa el negocio, generar más dinero y llevar agua a su molino. Mientras tanto, vuelve a quedar en claro que la grandeza no se compra. La categoría no se compra. El peso de un escudo, de un estadio y sobre todo, de una afición, no se compra.
Tiempo Extra
Liverpool, que enfrentará al Real Madrid en la Final de la Champions, arrancó la temporada con un objetivo de jugar 62 partidos, como seguramente lo hicieron los otros grandes ingleses. Pues los Reds lo consiguieron, jugarán por todo. 62 de 62, y no solo eso, podrían conseguir siete títulos: Premier, Copa, Copa de la Liga, Champions, Mundial de Clubes, Supercopa de Europa y Community Shield.
