(ESPECIAL)
El profesor y poeta Rodolfo Mata se ha abrazado a la tradición de la poesía visual para la construcción de su reciente libro: Desescribir' (Del Lirio, 2022). Las raíces de este campo se estiran hasta la época de los antiguos griegos, pero en Latinoamérica fue José Juan Tablada (1871-1945), quien se instauró como el primer poeta de la región en el campo visual, con la publicación de su libro Li-Po.
"La idea del libro surgió desde hace tiempo con la lectura de las obras de los brasileños, de la poesía concreta de Augusto de Campos, Haroldo de Campos y Décio Pignatari, que son la tradición de los años cincuenta y sesenta. La poesía brasileña ha sido una fuente muy importante en mi formación como escritor y poeta. Entonces, se juntan estas cuestiones y para Desescribir, aparece otro elemento: la presencia de los medios electrónicos en nuestro día a día".
En sus 186 páginas, el poemario muestra imágenes tomas por el propio autor e intervenidas con palabras. Se tomaron elementos cotidianos a través del teléfono celular. Luego, las fotografías fueron editadas en una aplicación del dispositivo o en una computadora.
"Aparece la tentación de juntar palabra e imagen de múltiples formas. También empecé a hacer foto y a editarla en programas de computadora. Entonces, hay dos tipos de edición: la edición en el propio teléfono, donde van algunos juegos tipográficos, algunas cosas bastante limitadas y la edición en computadora, empleando una variedad de programas".
En Desescribir, también se plasma su gusto por escribir manuscrito. Desde su infancia, Rodolfo Mata tuvo la audacia de transmitir ideas gracias a la pluma fuente. El poeta asegura que continúa escribiendo a mano, porque esa experiencia le brinda distintas propiedades ante el hecho de escribir en un teclado.
"En los cajones del escritorio de mi papá estaban abandonadas las plumas de tinta, porque a él ya le fastidiaban. Pero a mí me encantaron y empecé a usar mucha pluma fuente, porque el hecho de escribir manuscrito es una experiencia interesante en el sentido de que vas viendo cómo se va secando la tinta y el uso de los colores de diversas tintas".
Y es que hoy en día, la imagen es un elemento dominante. Su rapidez indudablemente es perceptible. Mata no coincide al cien por ciento con la idea de que una imagen dice más que mil palabras, pero sí está de acuerdo en que la producción de imágenes es ahora el pan de cada día.
"Para mí la imagen es muy importante. Habría que distinguir la novela-imagen como imagen producida por las palabras, pero creo que esta no siempre corresponde a una imagen que puedas producir plásticamente; sin embargo, sí puede tener un diálogo muy interesante. Eso es lo que estoy aprovechando en el libro, ese diálogo interesante; las palabras que no tienen un equivalente muy claro en imágenes, metáforas que no pueden ser transformadas en imágenes e imágenes que también no pueden ser reducidas a palabras, pero que tienen conexiones".
Desescribir' (cuyo título refiere a dejar de escribir como tradicionalmente se piensa), se encuentra dividido en cuatro partes. La primera parte es homónima al libro y muestra la manera de escribir con sólo imágenes. Se juega con la cuestión coloquial de no escribir y al mismo tiempo alude a la cuestión de la palabra como presencia o vocalización.
La segunda parte lleva por nombre Implante, pues el autor aborda la irrupción de los nuevos medios en la poesía. Todos ellos se relacionan a esta idea. Ejemplos se muestran, por ejemplo, en una fotografía de un chip, que a su vez es la metáfora de la cama de un faquir. Otro caso es la foto pixeleada del autor, en referencia a la frase del poeta Arthur Rimbaud: "Yo es otro".
Este último concepto se enlaza con la propia formación del autor, quien antes de ser poeta y traductor, estudio la ingeniería Industrial y de Sistemas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
"A la siguiente parte le puse Manuscribir, que también es otro verbo inexistente, pero es la letra manuscrita y lo que te comentaba de los juegos con la caligrafía de diferente manera. Generalmente, son fotos de diferentes momentos de la escritura".
Finalmente, el libro cierra con la sección Sobrescribir, donde se presentan poemas escritos encima de fotografías.
Los 80 poemas visuales que componen a esta obra, fueron creados entre 2011 y 2018. Los textos que los integran están escritos en latín, francés, portugués, inglés y español.
