Ante un gran número de fieles católicos, el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, encabezó ayer la misa Crismal.
Cientos de fieles católicos se congregaron durante el Jueves Santo en la Parroquia San José de Torreón, donde el obispo de la ciudad, Luis Martín Barraza Beltrán, presidió la misa Crismal; lo acompañó el obispo emérito, José Guadalupe Galván Galindo.
Se trata de la fiesta de la Iglesia diocesana en la que monseñor resaltó la sinodalidad, además de que ayer hubo fervor, alegría y entrega en esta Semana Santa por parte de los fieles católicos, había niños, niñas, jóvenes, personas adultas y de la tercera edad.
"La iglesia está ahorita trabajando en el tema de la sinodalidad, como una manera de poner en práctica lo que debe ser la iglesia, la iglesia es una familia, una unidad, comunión y ahora hay que hacerla efectiva y eso quiere decir dialogar y discernir la misión evangelizadora, ponernos de acuerdo de cómo vamos a ir a motivar a toda la gente que se nos enfrió y que ya no ha querido regresar", expresó Barraza Beltrán.
En esta ceremonia religiosa se consagró el Santo Crisma, se bendijo los óleos de los enfermos y catecúmenos y además, los miembros de la Diócesis renovaron las promesas sacerdotales que hicieron el día de su ordenación ante su obispo y el pueblo sacro de Dios.
De inicio hubo una procesión a la entrada, la aclamación al Evangelio, la procesión con los óleos a bendecir, procesión de ofrendas y de comunión y el canto Mariano.
El Triduo Pascual es el momento más importante de la Semana Mayor y en este 2022 se retomó de forma presencial luego de dos años de la pandemia por el COVID-19.
La emotiva ceremonia tuvo una duración de casi dos horas y para la Sagrada Comunión, 12 sacerdotes se distribuyeron en distintos puntos de la Iglesia para ofrecer la hostia en la mano, con el fin de evitar el contacto físico. Además, en señal de la Paz se omitió el saludo y únicamente se hizo reverencia.
Al exterior de la parroquia de San José se instalaron vendedoras de diversos artículos religiosos.
Por la tarde, todas las iglesias y comunidades de la ciudad, celebraron la misa vespertina de la Cena del Señor y la representación del Lavatorio de pies que Jesús realizó a sus doce apóstoles antes de entregarse a su pasión.
Este Viernes Santo, cada templo tiene su propia dinámica para la realización del tradicional Viacrucis.
